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Los obispos apuestan por la “ecología humana”, un eufemismo para denunciar el aborto

En su jornada por la vida, la Iglesia se vuelve ecologista para defender la tierra que ha creado Dios y al hombre como su mejor creación

“Cuidar la vida, sembrar esperanza”. Con este lema comienza una nota escrita por los obispos en la que tiran de ecologismo y eufemismos para tapar su verdadero objetivo: condenar el aborto y luchar por los derechos de los no nacidos en la Jornada de la Vida que organiza la Conferencia Episcopal Española.Según explican, “Dios, en su amor eterno, creó el universo y en él llamó a la existencia al hombre y a la mujer para que poblasen la tierra y colaborasen con en la obra de la creación, en la perfección de todo lo que había creado”. Bajo este argumento, los obispos han pedido a toda la sociedad que se ponga manos a la obra y que proteja lo que es nuestra casa, la naturaleza y el planeta en general.Para ello, usan términos poco inusuales en sus discursos. Acostumbrados a escucharles hablar de la familia, la vida, los valores religiosos y demás, llama la atención, o por lo menos extraña, que los obispos denuncien “la degradación ecológica”, “la depredación de los recursos naturales” o “los desequilibrios que nuestra actividad producen cuando obramos irresponsablemente” sobre el medio ambiente. Una extrañeza que desaparece cuando se descubre el verdadero objeto de denuncia que esconden estas palabras: el aborto.

El eufemismo de la “ecología humana”

Los obispos lo tienen claro, dañar la naturaleza y la vida humana es una clara ofensa y “un abuso a la confianza que Dios ha depositado en nosotros al poner en nuestras manos una obra tan hermosa como es la creación”.Pero si pensamos que con estas palabras la Iglesia está depositando sus preocupaciones sobre temas como el cambio climático, estamos muy equivocados. Para ellos la preocupación central es una: la “ecología humana”, pues el hombre está creado a la “imagen y semejanza” de Dios.Es necesario que la sociedad apueste por cuidar la vida humana “desde el inicio de su existencia hasta su muerte natural”; en otras palabras, sin que intervengan decisiones como el aborto u otras reivindicaciones sociales como la eutanasia o una ley que regule la muerte digna. Todo para defender a “los más débiles e indefensos” como son los “concebidos, pero no nacidos”. Sólo así, aseguran los obispos, si se defiende la vida y se repudia el aborto, se tendrá “una verdadera comprensión de una ecología integral”.

Oración para la Jornada por la Vida de la Conferencia Episcopal Española

Aquí reside su faceta ecológica. No en cuidar como prioridad la casa, entendiendo que se referían al planeta, sino en proteger “la primera casa en que habitamos, el seno de las madres”. “La vida humana necesita ser protegida desde el comienzo de su existencia y promovida y acompañada hasta su final”.Como señala el papa Francisco, “no tiene sentido luchar por la protección de los animales, de los bosques y los océanos y no inmutarnos ante el drama del aborto”. “No hay nada ni nadie más digno en la creación que el ser humano, pues es la única criatura en la tierra que Dios ha querido por sí misma y que conoce y ama de modo personal”.Y ya que estamos… reivindicamos la familia“Es responsabilidad de todos”, repiten en varias ocasiones la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida en su carta. Un todo que se materializa en un único concepto: la familia.Y es que los obispos han aprovechado esta reivindicación por la “ecología humana” para incluir otra, que ya que se lucha se luche en familia. “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo humano, sostenible e integral”. “Es responsabilidad de todos, y debemos trabajar unidos, como una gran familia que se preocupa y se ocupa de su casa común”, han señalado.

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