La inminente visita del Papa y la paralización de la Ley de Libertad Religiosa por parte del Gobierno han colmado la paciencia de los laicos
La inminente visita del Papa Benedicto XVI, que llegará a Madrid en agosto para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, y la paralización de la Ley de Libertad Religiosa por parte del Gobierno han colmado la paciencia de los laicos. Una veintena de asociaciones laicas de Madrid presentarán esta semana un manifiesto en el que reclamarán la total separación Iglesia-Estado. Para ello, consideran necesario romper el Concordato el acuerdo que regula las relaciones entre la Iglesia y el Estado. También reclaman suprimir toda financiación pública a las iglesias y promover una educación pública totalmente laica.
El manifiesto será presentado en unas jornadas en el Ateneo de Madrid, donde se analizará el presente y el futuro del movimiento laicista en España. Entre las peticiones más destacadas figura la promulgación de una ley de libertad de conciencia que defienda el principio de "laicidad absoluta" del Estado.
Con esta iniciativa, los laicos pretenden evitar que se continúen dando situaciones que denuncian como escandalosas, como el gasto público de 50 millones que costará la Jornada Mundial de la Juventud o la presencia de crucifijos y biblias en parlamentos como el valenciano.
