La iniciativa surgida desde la sociedad civil palestina de aplicar al estado de Israel una campaña de boicot, desinversiones y sanciones (BDS) preocupa a la comunidad judía. ¿Tiene el Gobierno un plan ante un previsible boicot a Israel y sus productos en España? Hasta tres veces fue interrogado ayer el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, por influyentes miembros de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías de Estados Unidos (en la imagen Gallardón con sus representantes y con David Hatchwelle, a la derecha, presidente de la comunidad en España). La campaña de boicot muy agresiva en Estados Unidos y otros países –la salida de Scarlett Johansson de Oxfam ha sentado un precedente- tiene como objetivo denunciar las políticas que mantiene a un pueblo prisionero sin derecho al agua, a la tierra ni a un destino propio. “No estamos contra los judíos ni contra los ciudadanos del estado de Israel”, aseguran sus promotores.
El ministro no reconoce un plan de contingencia ante un previsible boicot
Gallardón se limitó a responder que de producirse el boicot están previstas las sanciones penales marcadas por la Unión Europea, asumidas por España. El ministro en ningún momento reconoció que existiera un plan de contingencia. Interrogado por los motivos de que tras cinco siglos de destierro se decida precisamente, ahora, a conceder la nacionalidad española a los descendientes de los judíos que fueron expulsados en 1492, Gallardón se explayó en una causa personal. “Nada más entrar en el Ministerio asumí el compromiso contraído con la comunidad judía en España. Esta medida extraordinaria sin precedentes en el derecho español pretende cerrar una herida tremenda”. El ministro desveló que su bisabuelo José Rojas Moreno ayudó al pueblo judío como embajador en Budapest.
Compartir negocios en el Mediterráneo, objetivo de España e Israel
“Una de las razones por las que estamos aquí es construir los lazos entre Estados Unidos y España, Israel y España y de la comunidad judía de Estados Unidos y España. Esperamos que estos lazos políticos, económicos, enfocados en inversiones y en el turismo puedan beneficiar a ambos países”, declara a La Celosía Malcolm Hoenlein, director ejecutivo de la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías de Estados Unidos, que celebra un encuentro en España previo al de Estados Unidos. “Creemos también que podía haber un enfoque de negocios en el Mediterráneo. España e Israel junto con Grecia, Chipre, Malta, Italia, Marruecos, Túnez, y otros países, para construir una cuenca mediterránea estable que podría vincular a Europa con el Medio Oriente. Malcolm Hoenlein subraya como “vivimos en una sociedad global, los países ya no pueden funcionar como entidades aisladas. Tenemos una gran cantidad de puentes a levantar y barreras para bajar”.
El lobby judío presiona en defensa de sus intereses
La Conferencia de Presidentes es una de las organizaciones judías más relevantes del mundo. Reúne actualmente a 51 organizaciones judías de ámbito nacional y se ocupa de los asuntos de interés fundamental para la comunidad judía de Estados Unidos, actuando como portavoz de esta comunidad ante el Gobierno. Fundada en 1956 durante la presidencia de Eisenhower con el fin de articular la representación y una “voz única” de las diferentes organizaciones y comunidades judías, fue creada esencialmente para promover el Estado de Israel, y sigue siendo su principal tarea. La Conferencia no formula propuestas legislativas ni es un “lobby” convencional, labores que desempeñan otras organizaciones como el Jewish Council for Public Affairs o el tan influyente American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), a cuyo Comité Ejecutivo pertenecen todos los miembros de la Conferencia. Mientras el AIPAC realiza acciones de lobby con el Congreso, la Conferencia se concentra en el Ejecutivo. La Conferencia ha tenido un papel destacado en movilizar apoyos para detener el programa nuclear iraní y en tratar de contrarrestar las campañas que deslegitiman al Estado de Israel.
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