Los católicos denuncian «la aversión» del Gobierno a su religión
Si un símbolo religioso tiene valor cultural, su lugar está en un museo y no en un centro educativo. Es el argumento con el que los grupos laicos piden que se retiren todos los artificios religiosos de los colegios. El pasado domingo el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, explicó que la intención del Gobierno es retirar de los centros los objetos de este tipo, excepto los de valor histórico o artístico. La confederación de padres de alumnos Ceapa y el Sindicato de Estudiantes apuntaron a la posibilidad de exponer en museos algunos de estos, indicando que la única excusa para conservarlos sería la imposibilidad de transportarlos. “Llevamos 30 años de retraso en materia de libertad religiosa”, lamentó Francisco Delgado, de Europa Laica.
Más positivo se mostró el teólogo y director de cátedra de la Universidad Carlos III de Madrid, Juan José Tamayo, quien ayer valoró el anuncio como una medida “muy positiva” ante el “privilegio” hegemónico de la Iglesia católica en España.
Laicizar el espacio público
“El espacio público en España está cargadísimo, lleno de símbolos religiosos confesionales católicos, que me parece que no responden a la neutralidad que el Estado tiene que tener en relación con este tema”, sostuvo Tamayo, quien también hizo un llamamiento a los dirigentes católicos para que “ser los primeros que apoyaran estas iniciativas porque supondría la renuncia a los privilegios”, recoge El País.
Oposición católica
Como era de esperar, la FERE, patronal mayoritaria de los colegios concertados católicos, se ha posicionado contra el anuncio de Caamaño. En palabras de Manuel de Castro, su secretario general, si la mayoría de la población de este país se define católica, no hay porque quitar los símbolos religiosos. A su vez la Concapa, una asociación católica de padres, acusó al Gobierno de “tener aversión por lo católico”. Finalmente, la patronal de centros privados, CECE, apuntó que laicizar la escuela va en contra de la libertad.
