Los ateos tienen una mejor vida sexual que las personas religiosas que están plagadas de culpa durante el coito y durante las semanas posteriores, han encontrado los investigadores.
Un estudio descubrió que los no creyentes están más dispuestos a hablar de fantasías sexuales y están más satisfechos con sus experiencias.
Ambos grupos de personas admitieron llevar a cabo las mismas actividades, como la masturbación, ver pornografía, sexo oral etc.
Pero los seguidores de una religión no disfrutan tanto de las experiencias, por el estigma creado por sus sistemas de creencias, según el estudio. Los deja con intensos sentimientos de arrepentimiento después de haber llegado a su clímax.
Los resultados surgieron de la encuesta “Sex and Secularism” de más de 14,500 personas llevado a cabo por los psicólogos Darrel Ray y Amanda Brown de la Universidad de Kansas.
Se encontró que todas las personas que fueron interrogadas tenían relaciones sexuales alrededor del mismo número de veces a la semana. También se volvieron sexualmente activos a edades similares.
Pero los devotamente religiosos calificaron su vida sexual mucho más baja que los ateos. También admitieron fuertes sentimientos de culpa posteriores al acto sexual.
Las religiones estrictas, tales como los mormones tienen la clasificación más alta en la escala de culpabilidad sexual. Su puntuación media fue de 8.19 sobre 10. Ellos fueron seguidos de cerca por los Testigos de Jehová, Pentecostales, adventistas del séptimo día, y Bautistas.
Los católicos calificaron su nivel de culpabilidad sexual en 6.34, mientras que los luteranos fueron ligeramente inferiores con 5.88. En contraste, los ateos y agnósticos clasificaron con 4.71 y 4.81 respectivamente.
El estudio encontró que en los individuos con más fuertes creencias religiosas eran los que tenían más sentimientos de pesar sexual.
LA RELIGIÓN “PUEDE AFECTAR LA SALUD DEL CEREBRO”
Los seguidores de ciertas religiones pueden tener cerebros saludables que son menos propensos a desarrollar Alzheimer, según científicos.
Los investigadores midieron los cambios en el hipocampo del cerebro en varios pacientes. El área es responsable de la memoria y el aprendizaje.
Todos los cerebros humanos se encogen un poco con la edad y la reducción en el tamaño del hipocampo se ha relacionado con la enfermedad de Alzheimer.
Pero los protestantes tenían menos atrofia o pérdida, en esa zona del cerebro, que los católicos, los grupos no religiosos y los protestantes born-again.
Se encontró que los participantes que dijeron que habían tenido experiencias religiosas que cambian la vida también tenían grandes regiones del hipocampo.
Los expertos esperan que los hallazgos pudieran conducir a medidas preventivas contra el deterioro cerebral.
La investigadora Amy de Duke University Medical Center en Durham, Nueva York, dijo: “Una interpretación de nuestro hallazgo -que los miembros de grupos religiosos mayoritarios parecen tener menos atrofia en comparación con los grupos religiosos minoritarios- es que cuando usted siente que sus creencias y valores tienen algo en contradicción con los de la sociedad en su conjunto, puede contribuir al estrés a largo plazo que podría tener implicaciones para el cerebro”.
De las personas criadas en hogares muy religiosos, el 22.5 por ciento dijeron que estaban avergonzados o ridiculizados por masturbarse, frente a sólo el 5.5 por ciento de la población que creció en casas menos religiosas.
Un 79.9 por ciento de las personas criadas en hogares muy religiosos, dijeron que se sentían culpables por una actividad específica o el deseo sexual, en contraposición al 26.3 por ciento de aquellos criados en casas seculares.
Es preocupante que los niños criados en hogares muy religiosos tengan más probabilidades de obtener su educación sexual de la pornografía, ya que no son lo suficientemente seguros como para hablar con sus padres.
Sin embargo, hubo algunas buenas noticias para los grupos religiosos. Las personas que habían perdido la fe y se hicieron ateos informaron una mejoría significativa en su satisfacción sexual.
Las personas que habían abandonado sus creencias dijeron que sus vidas sexuales eran “mucho mejores” y calificaron sus nuevas experiencias en una media de 7.81 puntos sobre diez.
El hallazgo disipa la sabiduría popular de que los sentimientos de culpa continúan siendo problema después de que la religión se ha desvanecido.
“Hemos hecho pensar que la religión tendría efectos residuales en las personas después de que se deja, pero nuestros datos no muestran esto. Eso fue una sorpresa muy agradable. La gran mayoría parece que se sacude y sigue adelante con su vida sexual bastante bien”, dijo Darrel a alternet.org.
Y agregó: “Nuestros datos muestran que la gente se siente muy culpable por su comportamiento sexual cuando son religiosos, pero eso no los detiene: sólo les hace sentirse mal.
“Por supuesto, tienen que volver a su religión para obtener el perdón. Es como si la iglesia le diera la enfermedad, y luego, les ofreciera una falsa cura”.
