«Líbranos del mal» es el sugerente título de un documental sobre los abusos pederastas cometidos en el seno de la Iglesia católica.
El film, cuya dirección y guión corre a cargo de la periodista Amy Berg, llegará a las pantallas el próximo viernes, a pesar de haber sido realizado en 2006. Berg, informadora de las cadenas CNN y ABC y ganadora de varios Emmys, ha abordado el caso de Oliver O’Grady, el pedófilo más famoso de la historia eclesial moderna. Su estreno se hará pocos días después de que el Papa ofreciera disculpas en Australia a las víctimas de estos abusos, encubiertos durante mucho tiempo por el clero. Esta misma mañana, Benedicto XVI se entrevistaba con cuatro de las mil víctimas de este país para ofrecerles sus disculpas. Un gesto que, según las asociaciones de afectados, es insuficiente.
Según recoge Público, que entrevista a la autora de este documental, “Líbranos del mal” narra la deleznable historia del párroco Olvier O’Grady, quien entre 1974 y 1994 abusó de decenas de niños en California. Hoy por hoy, este eclesiástico vive cómodamente –alejado de sus víctimas, eso sí- gracias a un sueldo proporcionado por su antigua diócesis. Es que, tras cumplir una condena de siete años, O’Grady fue deportado a Irlanda, su país natal.
“Magistral ejercicio de periodismo”
Público califica la cinta como “un magistral ejercicio de periodismo”. La película parece haber tenido buena acogida entre la crítica, a pesar de que muchos critican su dureza y la catalogan como difícil de digerir. Berg entremezcla los testimonios de O’Grady con los de sus víctimas, una situación desagarradora dado que el pederasta habla con total naturalidad de sus actos, en tanto los familiares y afectados lo hacen con la voz rota. “Es un elemento fundamental del drama”, apunta la directora. Cabe destacar que no es la primera vez que O’Grady protagoniza un documental-denuncia de este tipo. En abril de este mismo año, El Plural se hacía eco de una producción de la BBC que narraba su deleznable historia.
El pedófilo “encantador”
“O’Grady es un tipo encantador que infunde confianza. Abusaba de las hijas de personas que le ofrecían su casa sin que pudieran si quiera imaginárselo”, acusa la realizadora. “Lo que más me inquietaba era el hecho de que las víctimas eran culpadas por la Iglesia, como si no tuvieran derecho a denunciar los abusos”, prosigue, refiriéndose a la destrucción de pruebas y negación de evidencias en el seno de la jerarquía católica.
La Iglesia se declara en bancarrota
En Estados Unidos, donde el cura pedófilo cometió sus fechorías, la institución católica casi se ha declarado en bancarrota. “Pero, como mínimo, aquellos que han violado la ley, que han cometido perjurio y que han protegido a los criminales deberían ser cesados. Tal y como funciona la Iglesia, parece complicado”. El año pasado, sin embargo, la diócesis de Los Angeles tuvo que pagar 660 millones de dólares a 508 víctimas. El dinero para sufragar la oleada de indemnizaciones los eclesiásticos se consiguió de la venta inmuebles de la Iglesia y de fondos de inversión.
El Papa, afectado por el escándalo
Cabe recordar que el escándalo del sacerdote irlandés salpicó al mismísimo Papa Benedicto XVI. “Durante todo el tiempo que O’Grady abusó de niños, Ratzinger era el máximo responsable de estos casos como Prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe”, resume Berg. El máximo jefe del catolicismo fue demandado por algunas víctimas pero, en palabras de Berg, ni Clinton ni Bush permitieron que la demanda saliera adelante.
Benedicto rezará por las víctimas
Este año, Benedicto XVI ha ofrecido sus disculpas en este país por estos bochornosos hechos. Precisamente esta mañana, tras ofrecer una misa en Sídney (Australia), el pontífice se entrevistó con cuatro víctimas de abusos sexuales de este tipo. Según recoge la SER, el Papa escuchó sus casos y les consoló, prodigándoles su cercanía espiritual y comprometiéndose a rezar por ellos y por sus familiares.
Víctimas inconformes
Según el comunicado oficial, con este gesto, el cabeza de la Iglesia pretende demostrar su comprensión hacia todos aquellos que han sufrido estas penurias. “Siento mucho el dolor y el sufrimiento de las víctimas y les aseguro que, como pastor de ellos que soy, también comparto su sufrimiento”, aseveró el Papa en una homilía dirigida a los obispos australianos. Las organizaciones que representan a las víctimas, sin embargo, se mostraron disconformesc on una disculpa que consideran “vacía” al no haberse dirigido personalmente a los afectados. Según recoge la organización Ritos Rotos (Broken Rites), en Australia 107 miembros del clero han sido condenados por abusos sexuales cometidos contra 1.000 víctimas.
