Es evidente que algunos miembros de la Universidad de Granada son fuertemente contrarios a la celebración de la misa de comienzo de curso, y parece que el tema levanta cierta polémica, innecesaria a mi juicio, si no hay tras de ella otros ocultos motivos. Si algún día se celebrara en el comienzo del curso académico universitario un acto religioso musulmán, judío o de cualquier otra religión, a mi me parecería muy bien, aunque probablemente yo seguiría asistiendo al acto católico, y también respetando
a los que no quieran asistir a ninguno de ellos.
Un dato contrastable: la iglesia de San Justo y Pastor estuvo llena de personas (profesores, alumnos y PAS) durante la misa de comienzo de curso del pasado 30 de septiembre. Si cualquier autoridad académica adoptan la decisión de incluir una misa junto a los actos de conmemoración de comienzo
de curso o patronos de las facultades, yo sinceramente les felicito (quizá también otra mucha gente), puesto que con ello, no sólo no van contra la legislación vigente, sino que facilitan el sano ejercicio de la libertad de todos (incluida la de aquellos que decidan no votarles en las próximas elecciones por éste u otro motivo). Si el laicismo tiene sus razones (fuertemente dogmáticas en el caso que nos ocupa), la visión trascendente del mundo tiene, al menos, otras tantas. ¿Por qué el afán de imponer (esa es
la palabra) nuestros puntos de vista a los demás?.