Con el asalto de un equipo especial del FBI y la liberación de los rehenes secuestrados se ponía fin a más de diez horas de pesadilla en esta sinagoga de Fort Worth, en Texas, en Estados Unidos. Un hombre armado entraba a primera hora de la mañana en el templo e interrumpía el servicio religioso, exigiendo la liberación de una terrorista paquistaní en prisión. La sinagoga fue rodeada inmediatamente por equipos especiales de la Policía y negociadores del FBI. Primero llegó la liberación de una de las personas retenidas y horas después los agentes decidieron actuar. Los testigos aseguran que se pudo escuchar una explosión seguida de varios disparos veinte minutos antes de que la policía anunciara la liberación de los secuestrados y la muerte del sospechoso, que se cree que actuaba en solitario.
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