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Liberada la joven condenada a muerte por adulterio en Sudán

Intisar Sharif Abdallah, la joven que había sido condenada a morir lapidada en Sudán, ha sido puesta en libertad después de que el juez desestimara los cargos en su contra por falta de pruebas, según ha confirmado hoy Amnistía Internacional (AI).

Abdallah, de quien se desconoce la edad pero que incluso podría ser menor de edad, había sido encontrada culpable de zina (relación sexual ilícita), según la ley islámica. En Sudán, la pena para este delito es la muerte por lapidación cuando la persona está casada, como es el caso de Abdallah, que llevaba en prisión con su bebé de cuatro meses desde el 22 de abril.

En un primer momento, la joven fue juzgada a finales del año pasado junto con el hombre con quien supuestamente habría cometido el adulterio. Ambos negaron los hechos y el juez los dejó en libertad. En abril de este año, la propia familia de Abdallah la volvió a acusar, el día 22 fue encarcelada y la chica volvió al juzgado el mes siguiente.

Esta vez, y tras haber sufrido una paliza a manos de su hermano, sí admitió los cargos, todo según contó entonces a EL PAÍS Hala Alkarib, también sudanesa y directora regional de la Iniciativa Estratégica para las Mujeres en el Cuerno de África (SIHA, en inglés). Además, Abdallah no contó con un abogado antes ni durante el juicio ni con un intérprete, a pesar de que ella no habla el idioma del tribunal, el árabe, según denunció entonces SIHA.

Tras su condena el 13 de mayo, un grupo de abogados de derechos humanos, con el apoyo de SIHA, decidieron hacerse cargo del caso e interpusieron un recurso de apelación ante el tribunal. El pasado 20 de junio, "el tribunal de apelación revocó tanto la declaración de culpabilidad como la condena, aduciendo que el tribunal de Ombada había conculcado su derecho constitucional a contar con representación letrada", según ha dicho hoy AI.

La corte de apelación impuso que debía realizarse un nuevo juicio, que se celebró el pasado 2 de julio. Ese día, los abogados de la joven señalaron que la joven se retractaba de la admisión de adulterio y que negaba cualquier cargo. El día siguiente, "el tribunal sobreseyó el caso por falta de pruebas", según se lee en el comunicado de AI.

El caso había causado indignación en otros países y organizaciones como SIHA, Human Rights Watch y la propia AI habían manifestado su rechazo a la sentencia y pedido a las autoridades sudanesas que la anularan. Desde AI España destacan que cerca de 80.000 personas habían pedido la suspensión de la ejecución a través de su página web.

El Código Penal sudanés

La condena a Abdallah se había basado en el artículo 146 del Código Penal de Sudán, de 1991, que señala que "quien cometa la ofensa de zina será castigado con ejecución por lapidación si el infractor está casado o con 100 latigazos si no está casado".

No era la primera vez que un tribunal sudanés condenaba a una mujer a morir lapidada por este tipo de crimen. Aunque, como también ha ocurrido ahora, en todos los casos los tribunales han acabado anulando la sentencia tras los recursos de apelación.

Diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos como HRW, AI y SIHA han pedido en repetidas ocasiones al Gobierno sudanés que cese la discriminación contra las mujeres y que elimine tanto la lapidación como otros castigos corporales de su Código Penal.

HRW destacó al principio del caso que Sudán es uno de los siete países del mundo que incluyen la muerte por lapidación entre sus penas. Esta ONG denunció además que la gran mayoría de sentencias han sido impuestas a mujeres.

En este sentido, HRW señala que mujeres y niñas pueden ser arrestadas y sufrir hasta 40 latigazos si violan otro controvertido artículo del Código Penal, el 152, que prohíbe "actos indecentes e inmorales" pero que no define en qué pueden consistir estos. En la práctica, ha habido ocasiones en que mujeres han recibido latigazos por llevar pantalones o faldas a la altura de las rodillas.

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