Esta misma mañana hemos elevado a escritura pública en una notaría de Madrid el Acta Fundacional y los Estatutos de la Iglesia Pastafari, y esta misma tarde enviaremos al Ministerio de Justicia la solicitud de inscripción de nuestra santa Iglesia en el Registro de Entidades Religiosas. La legalización en España de la verdadera religión está en camino.
Ahora sólo cabe esperar a que el Ministerio de Justicia apruebe la solicitud, proceso que puede durar seis largos meses. Y aunque nos lo rechacen, no importa, porque volveremos a intentarlo, corrigiendo los errores que hubiese. Porque el futuro de nuestra religión, la Pastafari, no está en manos del ministerio, sino en las vuestras: porque sólo con la colaboración de todos los feligreses podremos abrir los ojos al resto del mundo para que abrecen la verdadera religión.
Colaboremos en tertulias, organicemos bautizos pastafaris con cerveza sagrada, realicemos procesiones y pasos en todos los pueblos y capitales; queremos nuestra casilla en la declaración de la renta y profesores de religión en las escuelas. Forjemos el futuro, que sí está escrito: los caminos de los espaguetis y las albóndigas son inescrutables. Vivamos la vida pastafari, y como reza nuestro lema: ¡Todo por la pasta!
