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Las obras del cementerio islámico dignifican y amplían el recinto tras veinte años de parones

Financiadas por el Ministerio de Cultura, habilitará espacio para ubicar más de 400 tumbas Habrá un edificio de recepción y área técnica para la preparación de cadáveres con el rito musulmán

Han sido necesarias más de dos décadas para que el cementerio islámico de Granada, junto al de San José, en el camino del Llano de la Perdiz, se convierta en un espacio digno y con las infraestructuras necesarias para ofrecer un servicio adecuado a la comunidad musulmana granadina. Los terrenos, hasta ahora con graves problemas de abandono, están ya en obras de reforma y rehabilitación, para convertirlo en un nuevo complejo funerario que multiplicará por cuatro el número de tumbas que existen en la actualidad, ya que de aproximadamente un centenar de enterramientos pasará a disponer de espacio para más de 400, y con posibilidad de ampliarse en base a las necesidades que se planteen.

Un convenio firmado en octubre de 2002 entre el alcalde de Granada en aquel momento, Enrique Moratalla, y dos representantes del Consejo Islámico de Granada, Pedro Coca Domínguez y Manuel Maza Vielva, fue la clave para que las obras que están en marcha hayan podido ser una realidad. El convenio, en el que el Ayuntamiento aceptaba respetar la tradición musulmana para los enterramientos, daba paso a solicitudes de permisos y expedientes con el Patronato de la Alhambra y el Generalife para poder hacer las obras. ya que se encuentra, igual que el cementerio cristiano, en el interior del perímetro de protección del conjunto monumental.

Recientemente se consiguió el permiso y el proyecto, elaborado por Urbanismo en colaboración con la Comunidad Islámica, ha podido iniciarse. Las obras han sido financiadas en su totalidad por el Ministerio de Cultura

Según fuentes municipales, el cementerio ya reformado tendrá una extensión de casi el doble de la que disponía hasta ahora. Todo su perímetro, situado a espaldas del cementerio cristiano, en la gran curva del camino del Llano de la Perdiz, será vallado y protegido para que no se produzcan intrusiones vandálicas como se han dado en los últimos años.

Una de las principales infraestructuras será un edificio en la entrada del camposanto que tendrá dos usos fundamentales, servir de recepción y de administración y, además, tendrá un espacio técnico destinado a la preparación de los cadáveres que vayan a ser enterrados allí, con los sistemas propios de la tradición islámica. Desde este edificio saldrá la calle central del cementerio que distribuirá los accesos a las diferentes zonas de enterramiento.

Gestión

La gestión, control y administración la llevará a cabo la empresa municipal de servicios funerarios, Emucesa, pero todo lo referente al tratamiento de cadáveres y enterramientos en sí, serán realizados por personas designadas por la comunidad islámica. En las obras se ha respetado completamente la situación y estabilidad de las tumbas actuales, algunas de ellas ya restauradas y que se encontraban en un lamentable estado de deterioro.

El cementerio musulmán no se considera, por parte del Ayuntamiento, un camposanto al margen del complejo funerario del cementerio granadino, sino que se incluye dentro de todo el espacio funerario público granadino, por lo que no se le denomina cementerio islámico, sino patio, ya que es la denominación que se emplea en el resto de los espacios incluidos en San José.

Ampliación

Por otra parte, la empresa Emucesa, tiene ya en marcha la ampliación del cementerio cristiano, que sólo se hará en el espacio comprendido entre la tapia norte del camposanto y hasta el actual camino del Llano de la Perdiz y el patio islámico, ya que según el gerente de Emucesa, el crecimiento de las cremaciones no hace necesario tanto terreno como se pensaba hace unos años.

En la actualidad el ritmo de necesidades es de 350 nichos nuevos cada año, teniendo en cuenta que hay una cifra similar de nichos que se quedan vacíos por exhumaciones y que aumenta considerablemente el número de personas que prefieren incinerar a sus fallecidos, las necesidades de terrenos son cada vez menores.

Ahora, según Emucesa, hay espacio para un total de 3.800 nichos antes de agotar el espacio, lo que significa, según José Antonio Muñoz, «que podríamos llegar sin problemas hasta el año 2019». Pero a partir de ese momento la ampliación es necesaria, pero bastaría con una pequeña zona».

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