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Las incongruencias del film sobre Mahoma: ¿una provocación?

Las bizarras circunstancias detrás de The Innocence of Muslims, sus oscuros creadores y el intento deliberado por manipular el film para ofender a musulmanes, sugiere claramente que toda la farsa pretende inflamar tensiones

El film anti-musulmán que supuestamente ha provocado ataques contra las embajadas estadounidenses de Egipto, Libia y Yemen, podría ser un fraude diseñado para encender disturbios en Medio Oriente, mientras se esconden las verdaderas razones tras la muerte del embajador Chris Stevens.

Un tráiler de la película, titulada The Innocence of Muslims (La inocencia de los musulmanes), ha estado en Youtube por más de dos meses. A pesar de que el creador de la película sostuvo que había sido financiada por ricos donantes judíos (con la suma de $5 millones de dólares), ésta posee la calidad de un film de bajo presupuesto, similar a un proyecto escolar. El tráiler ya ha sido censurado en varios países de Medio Oriente, incluyendo Egipto y Afganistán.

En realidad, la versión completa del film podría no existir, una duda que también ha sido compartida en relación a la existencia de su director incógnito, Sam Bacile, quien habría declarado a la Associated Press su estatus de “judío israelí”, de 56 años, residente en California. Lo anterior se contradice con lo dicho por actores de la película, quienes afirmaron que éste era egipcio, mientras otros lo reconocieron como estadounidense.

Bacile dice haber hecho el film para ilustrar cómo “el Islam es un cáncer, y punto”. Sin embargo, numerosas autoridades han fallado en sus intentos por localizar a ‘Sam Bacile’ en el estado de California. Bacile es probablemente un pseudónimo de la verdadera persona que ha sido conectada positivamente con la película: Nakoula Basseley Nakoula, un cristiano de 55 años que vive en California y que fue condenado por fraude bancario en 2010.

La propia película – o los 14 minutos que han sido estrenados – también es altamente sospechosa. Los actores involucrados en la filmación declararon que se les dijo que “aparecerían en un film sobre la vida de un egipcio promedio de hace 2,000 años”. Tras el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, los 80 miembros del cast lanzaron una declaración afirmando que fueron engañados por el productor.

“Todo el cast y equipo está extremadamente enfurecido y siente un aprovechamiento por parte del productor. No apoyamos el film en un 100% y fuimos ampliamente engañados por su intención y propósito”, dice la declaración. “Estamos sorprendidos por las drásticas sobre-escrituras del guión y las mentiras dichas a todos los involucrados. Estamos profundamente tristes por las tragedias que han ocurrido”. El film ha sido titulado y editado intencionalmente para invocar una indignación máxima de los musulmanes. El profeta Mahoma es mostrado como un pedófilo, un homosexual, un fraude religioso, un mujeriego y un dictador sangriento.

Durante el diálogo, las palabras de los actores han sido crudamente manipuladas para incluir referencias a Mahoma que no estaban presentes en el guión original.

Como Cindy Lee Garcia, una actriz involucrada en la película, dijo a Gawker: “En el guión y durante la filmación, nada indicó la naturaleza controversial del producto final. Mahoma ni siquiera se llamaba Mahoma; era “Master George”.

“Las palabras Mahoma fueron puestas encima en post-producción, como también todas las referencias ofensivas al Islam y Mahoma”, escribe Adrian Chen.

Por ejemplo, en el minute 9:03 del tráiler, las palabras “¿Es tu Mahoma un abusador de niños?” son escuchadas, sin embargo la voz de la actriz ha sido puesta encima, ya que sus labios no forman en ningún momento la palabra “Mahoma”.

Como resume el sitio Christian Science Monitor, el film parece haber “sido editado en el sótano de alguien con un software barato”. Todo en la película sugiere que se trata de un fraude diseñado para crear artificialmente disturbios en Medio Oriente, en momentos en que existe especulación de que Estados Unidos e Israel iniciarán intervenciones militares en Irán y Siria.

“Aquellos que olfatean el aire correctamente huelen una especie de operación de inteligencia/influencia en toda la situación”, escribe Daniel McAdams, comparando el film con Kony 2012. “¿Una tapadera intencionalmente mala para lo que ocurrió ayer en Bengasi? ¿Una cubierta malamente hecha para lo que ocurrió ayer? ¿Árabes – incluso la Hermandad Musulmana, buscando ganar puntos al culpar a “judíos ricos” por hacer el film? ¿Una lucha de poder entre facciones islámicas en Egipto? ¿Israelíes tratando de hacer parecer que los árabes usaron una tapadera antisemita para un crudo film?”

De lo que se tiene seguridad es que los medios corporativos se han aprovechado de la película para explicar los ataques en las embajadas de El Cairo y Bengasi, como otra ocasión en que musulmanes extremistas han provocado desórdenes por nada en particular. Reiterados reportes confirman que los ataques fueron coordinados con anticipación al estreno de la versión árabe del tráiler, y que no tienen nada que ver con el film. No obstante, los medios dieron rienda suelta inmediata a su versión de los hechos.

Esto ignora convenientemente la verdadera razón de los ataques: que Estados Unidos y otros poderes de la OTAN están pagando las consecuencias por haber armado y empoderado a extremistas islámicos afiliados a Al Qaeda en busca de un cambio de régimen, notoriamente en Libia donde la remoción de Gaddafi fue alcanzada a través del apoyo que la OTAN brindó al Grupo Islámico Combatiente Libio – enlistado como una organización terrorista por el Departamento de Estado, y que fue responsable por el asesinato de tropas estadounidenses en Irak.

Dado que estos mismos militantes están siendo usados ahora por estados del Golfo y países de la OTAN para derrocar al presidente Bashar Al-Assad en Siria, su conexión con los ataques contra la embajada debe ser ignorada. Esto se tornó evidente cuando el embajador de Washington en Libia, Ali Aujali, afirmó ridículamente que leales a Gaddafi eran los responsables de haber asesinado al cónsul Stevens.

Con las embajadas de Yemen, Túnez y de otros países comenzando a ser sitiadas, la promoción de los medios masivos de lo que de otra forma habría sido un chistoso y desconocido tráiler de Youtube de 14 minutos, ha creado ahora una crisis que amenaza la estabilidad de la región entera.

Las bizarras circunstancias detrás de The Innocence of Muslims, sus oscuros creadores y el intento deliberado por manipular el film para ofender a musulmanes, sugiere claramente que toda la farsa pretende inflamar tensiones para justificar la aceleración de la agresión estadounidense, israelí y de la OTAN a lo largo de Medio Oriente y África del Norte.

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