La Confederación que reúne a las agrupaciones religiosas que gestionaron los centros del Patronato de Protección de la Mujer se disculpará el 9 de junio con las supervivientes, que narran los abusos sufridos en estos reformatorios en las que el régimen las encerraba y que funcionaron desde 1941 hasta 1985
Hace catorce años que Consuelo García del Cid Guerra (Barcelona, 1958) dedica las 24 horas de sus días a investigar y denunciar la existencia del Patronato de Protección a la Mujer. “Me robó media vida y la otra media la he dedicado a contar lo que allí nos hicieron, para que se sepa y sobre todo para que no se repita. Ha sido dificilísimo, hubo momentos en que estuve a punto de tirar la toalla”. Pero no lo hizo. Y aquella adolescente de 17 años, a la que privaron de libertad –sin juicio, sin sentencia, sin condena– en varios reformatorios, ha cumplido la promesa que le hizo a sus compañeras: “El día que yo me despedí les dije ‘Os juro que, aunque pasen 40 años, yo seré escritora y España entera se va a enterar de lo que nos han hecho’”.