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Laicismo y género: condición femenina e identidad sexual. Condición de la mujer

Si leemos textos medievales veremos que para el hombre de esa época el aspecto fundamental de la mujer es la LEALTAD. La mujer no la poseía por su naturaleza sino que surgía inspirada por la virtud y honra del hombre. Devenía de él no de ella.
Le debía fidelidad y lealtad al hombre.
El hueco concepto de que la mujer había hecho caer al hombre haciéndolo pecar, pesó y aún pesa para muchos sobre la condición de la mujer.
Por ese motivo la mujer fue considerada en principio naturalmente malvada, es de carácter débil, inclinada a la mentira, de lengua venenosa, proclive a la difamación; llevó al hombre al pecado, este lleva a la corrupción, es naturalmente insaciable en cuanto a lo sexual, caprichosa, rebelde, básicamente desagradecida.
¿Cómo puede salvarse? Gracias a la intervención del hombre, el cual con su actividad, su trabajo logran el modelo de mujer que se logra redimir. Ese modelo no es otro que el que nos presenta MARIA.
¿Cómo debería ser una mujer perfecta? Debe ser sumisa, leal, fiel, por supuesto acatar permanen-temente la autoridad masculina, descree de su propia inteligencia, aceptar las opiniones del hom-bre.
¿Podemos pensar hoy que es así?
Lamentablemente en algunos lugares si. Aún vemos mujeres cubiertas por un velo, que si sus ma-ridos las engañan no son castigados pero si ellas lo hacen son condenadas a muerte. Apaleadas, flageladas si miran a otro.
Por suerte en la gran mayoría de los países la mujer se ha abierto camino en todas las profesiones y oficios.
Hace menos del tiempo de una vida, era impensable que una mujer manejara un ómnibus, un ca-mión que fuera como soldado a la guerra. Que se divorciara y se mantuviera económicamente sola.
La mujer fue demostrando su valía y conquistando los lugares que se le había escatimado con bri-llantez en muchos casos.
¿En que se vincula el tema que nos convoca con esto?
A esta apertura nos llevó la Laicidad que es una actitud y el laicismo que es la doctrina que nos permite vivir sin dogmas. Todo lo antedicho eran dogmas pretéritos que sojuzgaban a la mujer.
En ese respeto a la diversidad vemos que hombre y mujeres son iguales ante derechos y obliga-ciones, que solamente se diferencian entre todos por sus talentos y virtudes.
Cuando en un Parlamento se habla de cuotas por género asusta. ¿Cada tantos hombres políticos debe haber un pequeño número de mujeres políticas? ¿Cómo miden la capacidad? No puede ha-ber diferencia. Si el mejor es un hombre que sea, si la mejor es una mujer que sea.
A pesar de esto, sabemos como funcionan las teocracias pero en las democracias aún tenemos el peso, el gran peso de las religiones monoteístas. Desde católicos a judíos, mormones y todos los demás, vemos que la mujer es dejada de lado. Con el libre examen de las cosas deben pretender, aspirar al todo. No creo, pero Jesús hablaba y compartía sus pensamientos más con María Magda-lena que con el resto de sus apóstoles.
Identidad sexual
Es la sumatoria de los elementos que le permiten reconocer la pertenencia a un sexo u otro, como ser las dimensiones biológicas y de conciencia que le permite ser varón (macho) o mujer (hembra) con total independencia de la identidad de género, sentirse como varón o mujer o de su orienta-ción sexual o sea su tendencia o inclinación sexual.
¿Cuándo comienza la formación de la identidad sexual?
Sería desde su concepción pero el momento clave estaría en la gestación y en las experiencias vita-les tras el nacimiento.
Luego tendremos un heterosexual, bisexuales, transexuales en sus diferentes formas, travestis, etc.
La pregunta que nos debemos hacer, ¿qué tiene esto que ver con el tema que nos convoca?
La primera reflexión, no estamos hablando de una enfermedad como dice la Iglesia Católica ni una desviación. Es asumir una condición con la conciencia de cada uno.

Entendemos que hasta aquí no debemos intervenir.
¿Qué sucede a continuación?
Aparece la DISCRIMINACION.
Aquí sí, ya es tema nuestro. Somos contrarios a todo tipo de discriminación. Debemos rechazar todo tipo de categorización de los individuos.
El respeto al otro es absoluto. Debemos repeler toda fobia, sea homofobia o transfobia.
Uruguay tiene su Plaza de la Diversidad Sexual.
No se promueve, se reconoce al diferente como a un igual y se le respeta.
Lo decía Kant, peo también lo dijo Hilliel hace varios miles de años, no hacerle al otro lo que no quieras que te hagan a ti.
Se respeta al diferente.
La Laicidad es una pelea constante ya que frente al ideario “piensen” hay una contraposición “obedezcan”.
No hay que dejar la lucha, hay que incentivarla.

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