Los socialistas han asegurado que derogarán esta imposición, algo que para los profesores, sin embargo, apenas supone un cambio respecto a la situación actual.
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Y es que la Religión es ya una asignatura evaluable, aunque eso no significa lo mismo que computable. Es decir, los profesores evalúan a sus alumnos y, de hecho, tienen la obligación de asistir a las juntas de colegios e institutos. Lo que pretende la LOCE es que, además, la asignatura compute en el expediente del alumno.
Para los docentes, y pese a que se trataría de dar más importancia a su materia, eso no supone un gran avance: «Enseñamos desde un punto de vista ético, y quizá el hecho de que la Religión compute nos obligue a enfrentarnos a la materia de otra forma», señalan.
Otra promesa más relevante es la realizada esta semana por la portavoz socialista, Carmen Chacón, quien aseguró que se retirará a los obispos el control sobre los profesores de la polémica asignatura.
En Galicia, sindicatos educativos como Anpe y la Asociación de Profesores de Religión, ha pedido en numerosas ocasiones que el colectivo pase a ser tutelado directamente por la Xunta, lo que redundaría en favor de su estabilidad laboral, que hasta ahora depende de contratos anuales.
Idoneidad
Con la fórmula actual, es la Iglesia la que otorga a los profesores la llamada idoneidad , que les permite ejercer, así como el destino, en función de las necesidades de cada diócesis. Sin embargo, es la Xunta la que abona sus salarios. Lo que reclaman los docentes, y ha prometido el PSOE, es que la Iglesia siga dando la idoneidad, pero que la Administración decida los destinos.