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La última del obispo de Córdoba: “No se puede ser ecologista” y partidario del aborto

Aunque la parroquia cordobesa ya está bastante acostumbrada, Demetrio Fernández siempre consigue superarse a sí mismo y sorprender a católicos y no católicos

“Son miles y millones los seres humanos engendrados que no verán la luz de este mundo”, obviando que “la vida es siempre un don de Dios, venga por donde venga”

Aunque la parroquia cordobesa ya está bastante acostumbrada, Demetrio Fernández siempre consigue superarse a sí mismo y sorprender a católicos y no católicos. Esta es la última del obispo de Córdoba: en su más reciente carta semanal ha defendido que “no se puede ser ecologista y al mismo tiempo partidario de eliminar los seres humanos engendrados y no deseados, como si fuera material de desecho”, porque “la vida está antes que cualquier decisión humana y por eso merece todo el respeto del mundo”.

En otra carta pastoral, titulada ‘Navidad y Familia’ y difundida a finales de 205, el prelado sostenía que los hijos solo pueden nacer del “abrazo amoroso” de los padres y “no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio, la fecundación in vitro”. “Todo tipo de fecundación artificial”, sentenciaba, “rompe la armonía de la creación”. 

Aunque cuando, en opinión de muchos, monseñor Fernández llegó más lejos fue en enero de 2011. Entonces aseguró que la Unesco había concebido nada menos que un plan para “hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”. Al año siguiente tampoco estuvo mal: en octubre de 2012 equiparó el aborto y el asesinato de los pequeños Ruth y José, a los que su padre mató y luego incineró para vengarse de la madre de los niños.

UN DON DE DIOS

En esta última carta semanal, Demetrio Fernández hace una introducción de tintes más bien líricos afirmando que “cada año, al despuntar la primavera, celebramos el brote de una vida pujante, que viene a renovarlo todo”, para preparar así el terreno a su afirmación posterior: “Son miles y millones los seres humanos engendrados que no verán la luz de este mundo, porque son destruidos en el seno materno o destinados al ensayo en la pipeta, también en España”, obviando que “la vida es siempre un don de Dios, venga por donde venga”.

El obispo de Córdoba hace también una predicción: “Cuando pase esta época, que tiene tantos logros y aspectos positivos, se verá con más claridad lo aberrante que es la mentalidad antinatalista, antivida”, cuyos resultados son “una Europa que envejece sin renovarse, porque está cerrada a la vida durante décadas y décadas”.

En consecuencia, para Demetrio Fernández está claro que, “si queremos sembrar esperanza, hemos de cuidar la vida”, tanto la que “brota espontánea en primavera”, como “la vida que brota en el seno materno, la vida que nos ha venido dada y que hemos de administrar al transmitirla”, lo que le ha llevado a pedir que “cuidemos la casa común, cuidemos sobre todo el seno materno, como lugar de acogida de la vida”.

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