El Arzobispado, que escrituró la parroquia a su nombre en 2005, elabora un informe sobre la situación
La torre de la iglesia de Etayo amenaza ruina, mientras que los vecinos ven con mucha preocupación la situación. El deterioro de esta torre, datada en 1570, se acentuó hace 50 años cuando se derribó un tabique que había en un edificio anexo y que separaba dos salones. Este muro, que según los vecinos hacía de contrafuerte a la torre, se tiró al destinar dicho edificio a la adoración nocturna. A partir de entonces comenzaron a abrirse unas grietas en la torre que como explica Santos Ursúa, presidente de la junta parroquial, alcanzan los diez centímetros. "Las más anchas son de ese tamaño y también hay otras de unos cinco centímetros".
Genaro Pascual, que es el anterior presidente de esta junta, añade que su mirada siempre se dirige a la piedra clave, situada sobre la campana. "Yo creo que no se ha movido desde hace mucho tiempo, pero el día que se caiga se vendrá abajo toda la estructura", señala.
patrimonio y peligro La preocupación en la localidad llega por dos motivos. "Uno, porque se caiga y el pueblo pierda su identidad y, el segundo, es que si eso ocurre pueda pasar algo muy grave", señala Ursúa. Esto último se debe a que la torre está situada al lado de un edificio municipal, que queda bajo la misma, donde se encuentra el Ayuntamiento y la sociedad, un local muy concurrido por los vecinos. "Siempre tenemos miedo, en cualquier momento se puede venir abajo y más ahora, de cara al invierno, por las lluvias y los vientos", añade.
Fue hace décadas cuando los vecinos dieron la voz de alarma y hoy todavía están esperando una solución. "Llevamos mucho tiempo intentando que se haga algo", señala Ursúa, y Pascual añade que hace 30 años ya estuvieron los arquitectos del Arzobispado analizando la situación de la torre "y ya nos dijeron que el problema era un defecto de los cimientos".
De hecho, posteriormente se colocaron unas barras de hierro entre las distintas paredes de la torre, que hoy ya se sabe que no solucionan el problema. "Se pusieron para poder mantener la torre, pero el problema es de los cimientos, por lo que no se ha conseguido el propósito", explica Ursúa.
Genaro Pascual añade que también se ha valorado retirar la torre, "pero eso cuesta tanto como reconstruirla y nosotros queremos que la arreglen", señala.
El Arzobispado, que se escrituró la iglesia en junio de 2005, ya se encuentra de nuevo al tanto de la situación y ha elaborado un informe. "El arquitecto, que vino la semana pasada y que estuvo haciendo fotografías, dijo que nunca había visto algo así", explican ambos. Este informe se analizará a final de este mes en la comisión de patrimonio del Arzobispado y como explicaron desde esta institución se buscarán soluciones o se valorará trasladar el estudio a la Institución Príncipe de Viana.
Al problema que tiene la torre se suma otro menor, ya que actualmente, el salón de la adoración nocturna también se encuentra en mal estado. "Tiene el tejado hundido", explica Ursúa, pero desde la junta no se atreven a "tocar el edificio". "No, sin antes solucionar el grave problema que tiene la torre, porque si hacemos algo en ese edificio, tenemos miedo a que la torre se nos podría venir encima", añade Ursúa.
