La crisis llega hasta la Santa Sede, que cierra 2011 con unas pérdidas de casi 15 millones de euros, mientras el Estado de la Ciudad del Vaticano registra un resultado positivo por valor de casi 21 millones de euros, según ha informado hoy el Vaticano. El personal, que cuenta con más de 2.800 empleados, suma la mayor parte de los gastos. Los medios de comunicación, de acuerdo con el comunicado emitido este jueves, también contribuyeron a este resultado negativo, sobre todo Radio Vaticana, que tiene prohibido emitir anuncios publicitarios.
Sobre el resultado negativo han pesado "las fluctuaciones de los mercados mundiales que no han permitido lograr los objetivos establecidos", señala el comunicado. El balance fue aprobado en la reunión mantenida el 3 y 4 de julio por el Consejo de cardenales, presidido por el secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Los Museos Vaticanos lograron superar el techo de los cuatro millones de visitantes, con unos ingresos de 91 millones de euros, casi nueve más que el año anterior.
El Vaticano distingue entre la Santa Sede, que incluye los dicasterios (ministerios) y organismos anexos, así como las nunciaturas (embajadas por el mundo), y el Estado de la Ciudad del Vaticano, donde se alza la basílica de San Pedro y se encuentran, entre otros, los Museos Vaticanos.
En el Estado de la Ciudad del Vaticano, el más pequeño del mundo con apenas dos kilómetros cuadrados, trabajan 1.887 personas, frente a las 1.876 de 2010.
Este jueves se ha presentado también el resultado del Óbolo de San Pedro, formado por las donaciones recibidas por el Papa de los fieles de todo el mundo, que alcanzó los 56,13 millones de euros frente a los 54,48 millones de euros del pasado año.
Las iglesias locales también contribuyeron, según su disponibilidad, a mantener la estructura central de la Iglesia, con unos 1.547 millones de euros en 2011. El Instituto para las Obras de Religión, el IOR, logró un buen resultado pese al cese de su jefe, Ettore Gotti Tedeschi, investigado por un caso de corrupción internacional. El Banco del Vaticano pudo donar 49 millones de euros al Pontífice en 2011.
