Las Naciones Unidas han instado al gobierno del Reino Unido a prohibir la práctica pseudocientífica y desacreditada de la terapia de conversión LGBT+.
En un discurso ante los diputados el jueves (15 de abril), el Dr. Ahmed Shaheed, Relator Especial de la ONU sobre la libertad de religión o de creencias, dijo que la terapia de conversión tiene “consecuencias inquietantes” para las personas LGBT+, según ITV News.
En su discurso, Shaheed insistió en que la prohibición de la terapia de conversión no violaría la libertad religiosa, como han argumentado algunos grupos religiosos.
“El derecho internacional de los derechos humanos es claro en cuanto a que el derecho a la libertad de religión o creencia no limita la obligación del Estado de proteger la vida, la dignidad, la salud y la igualdad de las personas LGBT+”, dijo Shaheed a los diputados.
Y continuó: “Los testimonios de los supervivientes de las prácticas de conversión son escalofriantes. Partiendo de la base de que hay algo ‘malo’, ‘pecaminoso’ o ‘patológico’ en las formas de identidad sexual y de género no heterosexuales-cis, las personas LGBT+ son atacadas con abusos físicos y emocionales que tienen consecuencias inquietantes.”
Shaheed dijo que una prohibición de la terapia de conversión podría proteger fácilmente las creencias religiosas de las personas y al mismo tiempo restringirlas para que utilicen sus opiniones para imponer prácticas de terapia de conversión a las personas LGBT+.
Dijo a los diputados que las personas LGBT+ deberían poder hablar de su identidad con los líderes espirituales siempre que no traten de cambiar lo que son.
Insistió en que cualquier prohibición de “prácticas desacreditadas, ineficaces e inseguras” no constituiría una violación de las creencias religiosas según el derecho internacional.
No hay prohibición de las terapias de conversión a la vista tres años después de la promesa del gobierno
Los comentarios de Shaheed se producen casi tres años después de que el gobierno británico se comprometiera a prohibir la terapia de conversión como parte de su Plan de Acción LGBT.
Tres años después, no se ha presentado ninguna legislación sobre la terapia de conversión, lo que significa que se sigue permitiendo esta práctica traumatizante, desacreditada por casi todos los principales organismos psiquiátricos.
Las tensiones estallaron en marzo después de que la ministra de Igualdad, Kemi Badenoch, informara sobre los avances en la prohibición de las terapias de conversión tras un debate parlamentario.
Badenoch fue muy criticada por los parlamentarios -incluidos sus colegas tories- por su “vago” discurso, que no ofreció ningún compromiso específico sobre cómo sería la legislación o cuándo se presentaría.
En medio de la reacción, tres personas dimitieron del Grupo Asesor LGBT del gobierno. En los últimos días, la Oficina de Igualdad anunció que el panel se ha disuelto por completo.
A principios de esta semana, Boris Johnson dijo en una carta a la Alianza Evangélica que cualquier prohibición de la terapia de conversión no se aplicará a los adultos que busquen “apoyo pastoral” de las iglesias mientras exploran su orientación sexual o identidad de género.
La carta de Johnson suscitó una nueva preocupación por la posibilidad de que el gobierno se abstenga de prohibir todas las formas de terapia de conversión cuando se presente la legislación en un intento de mantener contentas a las instituciones religiosas.
