El estudio revela además que alrededor del 20% de los ciudadanos querría que la formación confesional fuera obligatoria. Un 9% reclama, en cambio, que el estudio de la religión salga de la escuela. Un 16% es partidario de enseñar en las aulas la historia de las religiones desde un punto de vista aconfesional. El estudio de la religión confesional es ahora de oferta obligatoria para los centros, pero los alumnos pueden cursar en su lugar diversas alternativas.
El estudio señala que los partidarios de que la religión sea una asignatura obligatoria se sitúan políticamente en la extrema derecha y también opinan igual las mujeres mayores de 65 años y las personas sin estudios. En la izquierda política y entre las personas con estudios universitarios o profesionales se recogen opiniones contrarias a imponer estos estudios en la escuela