A la hora que escribo se está celebrando en el barrio obrero sevillano de San Jerónimo una manifestación contra la construcción de una mezquita, convocada por una asociación de vecinos. Una mezquita que sería la primera en Sevilla de cierta capacidad. Hasta ahora lo que existe son pisos o garajes mal adaptados. Se trata del proyecto de mezquita que lleva dando vueltas desde hace años desde Los Bermejales hasta Cartuja 93, en ningún sitio el ayuntamiento ha permitido su construcción. Haciendo caso a fascistas y racistas se impide la libertad de culto privado a los musulmanes sevillanos en nombre de argumentos tan peregrinos como que el cupo de centros religiosos ya esta saturado ¿Saturado? Claro, de templos católicos que los hay y a puñados.. No se abre ninguna nueva urbanización donde la iglesia católica no haya ya reservado suelo para un nuevo templo, aunque el más cercano este a solo unos centenares de metro. Bueno están en su derecho ¿pero por que los musulmanes no tienen derecho a un templo propio y privado en Sevilla?
Coincide esta manifestaciones, que ya se dieron en otro barrio Los Bermejales, con la penosa situación del movimiento vecinal institucional ( las asociaciones de vecinos) que han quedado para organizar verbenas , recibir subvenciones y manifestarse por asuntos tan graves para su calidad de vida y bienestar como son las mezquitas, el carrilbici o la peatonalización. ¿Que ocurre que en San Jerónimo el paro, la degradación urbana, la falta de equipamientos y servicios sociales, la contaminación, no son problemas que merezcan manifestarse y el problema verdaderamente grave son algunos musulmanes rezando? He participado en los últimos años en multitud de movilizaciones ciudadanas y vecinas, mucha de estas en Sevilla, contra la contaminación, la especulación urbanística, la destrucción del patrimonio de las ciudades y en todas ellas los ciudadanos y las ciudadanas han tenido que formar plataformas independientes fuera de las asociaciones de vecinos, más preocupadas por expulsar a emigrantes, prostitutas, gitanos o toxicómanos que en reivindicar sus derechos.
No todas las asociaciones de vecinos son así, evidentemente. Pero la tendencia dominante si es esta que hemos descrito y que podemos calificar como “racismo vecinal”. Especialmente preocupante es la situación de Sevilla donde el movimiento vecinal está en manos de una ideología que roza la extrema derecha , y que carecen de toda representación social ¿A quien representan estas asociaciones deshechizadas en una ciudad de tradición y voto imperturbablemente izquierdista?. Cuentan a su favor con dos importantes factores :el apoyo de un prensa derechista ( Diario de Sevilla, COPE, ABC, EL Mundo, La razón) que jalean y amplifican sus aspavientos y sinrazones. Y la tibieza , cuando no el miedo patológico, de un ayuntamiento incapaz de defender los derechos y las libertades de todos los sevillanos. incluido lo musulmanes ( o a los que les gusta o interesa el poeta Agustín de Foxa).
Pues esta coalición del “racismo vecinal” ha decretado desde hace unos años un veto a la construcción de una mezquita en Sevilla. Y el ayuntamiento parece haber aceptado el veto público y anda pidiendo a la comunidad islámica que convenza a las asociaciones, que no a los vecinos, de las bondades de la construcción de una mezquita.
¿Pero es legal y democráticamente aceptable esto?¿ Tienen los musulmanes , o los católicos, o los maniqueos o los ateos lujuriosos, da igual, que pedir permiso para en un solar privado y respetando la legislación urbanística y municipal vigentes pedir permiso a los restantes vecinos para celebra cultos y rituales privados ? Hay cosas que no se pueden someter a decisión colectiva y sobre las cuales votar es lo más antidemocrático que se puede hacer. La distinción entre lo privado y lo público, entre los derechos individuales y la decisiones colectivas están en el fundamento del Estado de Derecho, de la democracia y de la misma modernidad. Los vecinos de San Jerónimo, como de ningún otro lugar, no tienen nada que decidir ni sobre la mezquita ni sobre nada que caiga dentro del exclusivo ámbito de lo privado y de los derechos individuales.
¿Por qué callan ahora estos que claman por los crucifijos en los colegios públicos en una supuesta e increíble defensa de la libertad religiosa? Callan por que su proyecto político oculto es el mismo que el de los fundamentalistas islámicos o judíos: el estado teocrático y confesional ¿Cómo no van a pensar eso si se consideran en posesión de la verdad absoluta y revelada? ¿Cuál ha sido el grado de libertad religiosa que ha habido en la historia de España cuando el catolicismo era la religión oficial y única del Estado? El principal impedimento para la libertad religiosa son las mismas religiones siempre violentamente celosas de sus desposorios monogámicos con la “verdad absoluta”.
Que cosa hay que ver pero ahora y hoy me siento musulmán, un musulmán ateo. Lo mismo que sentiría un cristiano ateo en la Arabia Saudita de los wahabitas o un judío sin dios en la Alemania nazi. Al final resulta que es el laicismo el único fundamento real de la libertad religiosas. Y en Sevilla esa mezquita es hoy el símbolo de las libertades y el populismo del “racismo vecinal ” el rostro de la intolerancia y del totalitarismo. Pero no basta decir esto en Sevilla tenemos que salir a la calle y desnudar al fantasma del racismo.