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'El Socialista', número 5653, del 29 de enero de 1953

La intolerancia religiosa franquista a principios de los cincuenta · por Eduardo Montagut

La cuestión de la visibilidad de las confesiones no católicas era imposible en aquella España. 

Tanto los norteamericanos como los británicos presionaron a Franco para que aflojase la intolerancia hacia otras confesiones religiosas en la España nacionalcatólica, especialmente en relación con los protestantes.

A principios de 1953 la prensa británica y norteamericana se hizo eco de lo que ocurría en España a raíz de una investigación realizada por un destacado miembro de un Semanario Teológico Baptista suizo.

Cada día era más difícil adquirir terrenos para poder instalar capillas evangélicas, porque a la Iglesia protestante no se le reconocía personalidad legal para comprar propiedades en su nombre

Así es, el Manchester Guardian publicó una noticia, firmada por uno de sus corresponsables, en la que se informaba que la situación de los protestantes en España había empeorado en los últimos meses. Así se concluía de la lectura de la investigación realizada por el doctor J. D. Hughey, del Seminario Teológico Baptista de Ruschilikon (Suiza), y que se había publicado en El Siglo Cristiano, un semanario norteamericano. Por nuestra parte, sabemos que Hughey era un gran conocedor de la realidad religiosa española. En Barcelona publicaría en el año 1964, Historia de los bautistas en España, sin olvidar sus iniciativas entre la comunidad baptista española como su defensa en la Conferencia de Pastores de las Iglesias Baptistas en Barcelona a favor de una aportación económica para el sostenimiento de los pastores en 1947, o la promoción de un curso por correspondencia con clases sobre la Biblia y la historia de los baptistas en ese mismo año.

El doctor Hughey había constatado que la mayoría de los templos protestantes continuaban celebrando sus cultos con permiso de las autoridades, pero estaban condicionados a que no se manifestase indicación o signo alguno de sus creencias en el exterior, ni con palabras, ni con signos o símbolos.

La cuestión de la visibilidad de las confesiones no católicas era imposible en aquella España. En el otoño de 1952 se prohibió que se pudiera celebrar una Convención Baptista en Alicante. Las autoridades negaron el permiso e impidieron que el acto pudiera tener lugar.

Salvo muy pocas excepciones los protestantes que en su día habían sido bautizados por la Iglesia Católica no podía celebrar matrimonio civil

Por su parte, en Valencia se impusieron dos multas de diez mil pesetas (estamos hablando de los inicios de la década de los cincuenta) a quienes organizaron la conducción del cadáver de una niña de once años. Solía negarse autorización para celebrar entierros no católicos, pero no se habían impuesto hasta entonces multas por organizarlos.

Cada día era más difícil adquirir terrenos para poder instalar capillas evangélicas, porque a la Iglesia protestante no se le reconocía personalidad legal para comprar propiedades en su nombre, y si los permisos eran solicitados por organizaciones de otros países debían contar con la autorización del Instituto Español de Moneda Extranjera. Se daba el caso de que, en la primavera, el propio doctor Hughey había realizado una petición en este sentido y no se le había contestado, si bien con anterioridad no se habían puesto obstáculos a otras peticiones.

Pero el principal problema que tenían los protestantes en ese momento en España tenía una clara dimensión humana, y se refería al matrimonio. Salvo muy pocas excepciones los protestantes que en su día habían sido bautizados por la Iglesia Católica no podía celebrar matrimonio civil. Algunos pastores protestantes habían ofrecido dar la bendición matrimonial a quien lo solicitase, pero eso no tenía validez legal en España, por lo que, en realidad no había tenido lugar un matrimonio y, por lo tanto, los hijos que se tuvieran serían ilegítimos.

De esta noticia y del informe se hizo eco El Socialistaen su número 5653 del 29 de enero de 1953. También hemos trabajado con la Memòria protestant 2022 de Josep Lluís Carod Rovira, en El Temps (enero de 2022), y el trabajo de Vicente Pons Alós, “Las otras Biblias. Versiones de la Biblia en castellano en una Comunidad Evangélica Valenciana (Sumacàrcer, 1870-1967), en Pasiones Bibliográficas, (2021), páginas 261 y ss.

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