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La interpretación socialista de la legislación educativa religiosa en los años veinte: el caso de Badajoz

En los años veinte los periódicos El Debate y El Socialista tuvieron muchas polémicas a cuenta de varios temas, como la creación de la Asamblea Nacional y los Comités Paritarios, pero, sobre todo, en relación con asuntos religiosos derivados de la financiación de la Iglesia y sobre la educación. En noviembre de 1924 los socialistas replicaron al periódico católico a propósito de la fundación laica educativa que había dispuesto en su testamento un particular (Martínez o Hernández de León) en Badajoz. Interesa acercarnos a este artículo porque plantea la interpretación que los socialistas hacían de la legislación educativa, en relación con la Constitución de 1876, la Ley Moyano de 1857, los Reales Decretos de 1901 y 1902, y el más reciente de 1913.

Al parecer, El Debate quería demostrar que en España estaba prohibida la enseñanza laica según lo disponía la legislación vigente. Para ello citaba la Ley Moyano en su artículo 87, que establecía que la “Doctrina cristiana se estudiará por el catecismo que señale el prelado de la Diócesis”. Por su parte, el Real Decreto de 26 de octubre de 1901, en su artículo séptimo, estipulaba la obligación ineludible de señalar libros de texto para la enseñanza de la Doctrina cristiana. El artículo siguiente de esta disposición disponía que el estudio se haría a través del catecismo que señalasen los prelados de las respectivas diócesis. El 21 de noviembre de 1902 se publicó un nuevo Real Decreto que remarcaba la obligación de cumplir lo dispuesto en esta cuestión de la enseñanza religiosa en la Ley de Instrucción Pública en vigor. Por fin, el Real Decreto de 25 de abril de 1913 en su artículo primero estipulaba que las “enseñanzas de Doctrina cristiana y nociones de Historia Sagrada continuarán figurando con carácter obligatorio en el plan de estudios de las escuelas públicas de instrucción primaria”. Pero el periódico obrero explicaba que el artículo segundo de este mismo Decreto estipulaba que “quedarán exceptuados de recibirlas (enseñanzas religiosas citadas) los hijos de padres que así lo deseen por profesor religión distinta a la católica”. Por eso, El Debate no podía combatir una fundación educativa particular por ser laica la enseñanza que allí se impartiera. Es más, los socialistas apuntaban al preámbulo del Decreto de 1913 porque, en verdad, era muy significativo. Allí se justificaba esta excepción porque se apreciaba una evidente contradicción entre el precepto constitucional sobre la libertad de conciencia y las disposiciones legales que establecían la obligatoriedad de la enseñanza religiosa católica. Recordemos que este Real Decreto fue obra del segundo gobierno de Romanones después del breve gobierno de García Prieto, cuando Canalejas fue asesinado.

El preámbulo de 1913 servía para sustentar el argumento socialista. La contradicción se resolvía con la nueva disposición porque la Constitución era una disposición de mayor rango que la Ley de Instrucción Pública, además de ser posterior en el tiempo. Si se permitía que hubiera niños que no recibiesen enseñanza de la religión católica no podía prohibirse que se abriese una escuela privada (la fundación extremeña) donde no la recibiese ninguno. Además, se aludía a las escuelas protestantes donde se enseñaba otra doctrina religiosa que negaba la católica.

En realidad, los socialistas interpretaban la actitud de El Debate no tanto hacia la escuela privada laica, sino en relación con la pública porque pensaban que el periódico católico no quería que se dejase de enseñar la religión católica en la misma. Parecía lógico que en un país oficialmente católico se enseñase esa religión, pero lo que era erróneo a juicio de El Socialista era que un Estado pudiera tener una religión como un particular.

En todo caso, la escuela que se iba a crear en Badajoz por una disposición testamentaria no era del Estado. A lo sumo se establecía que el Ayuntamiento de esta ciudad fuera el patrono, pero no se asimilaba a una escuela municipal.

La cuestión de la escuela laica de Badajoz produjo una intensa polémica en la ciudad. El obispo presentó un escrito al Ayuntamiento pidiendo la revocación de los acuerdos tomados sobre el legado del particular. Se discutió dicho escrito reafirmándose el Consistorio en la decisión tomada en su día, es decir, en contra de las pretensiones de la Iglesia.

Hemos consultado los números de 10 y 11 de noviembre de 1924 de El Socialista.

Eduardo Montagut. Historiador

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