Educación dice que el convenio no podrá estar listo para el mes de septiembre. Será necesario un mínimo de 10 niños por centro para que haya docente
Insiste el imán de la mezquita de Badajoz y portavoz de la comunidad musulmana extremeña, Adel Najjar, que lo importante es el paso que se ha dado al llegar a un acuerdo previo. Y confía en que el próximo año ya sea una realidad práctica. Mientras tanto, este curso, aunque se han recibido cientos de peticiones -asegura Najjar- habrá que seguir esperando. Finalmente, la asignatura de religión islámica no se impartirá a partir de este mes de septiembre en colegios e institutos de la región. La Consejería de Educación ha aplazado al 2018/2019 su implantación en los centros públicos argumentando que no da tiempo a que esté listo el convenio entre la Administración regional y la comunidad musulmana.
Una vez que entre en vigor, la materia de religión islámica (al igual que ocurre con la católica o la evangélica) se convertirá en una opción más para los alumnos extremeños de Primaria y Secundaria. El requisito que deben cumplir los centros es que exista un mínimo de 10 estudiantes interesados en esta asignatura, esto es, lo mismos criterios que para las otras confesiones.
Actualmente hay unos 3.200 alumnos musulmanes matriculados en colegios e institutos extremeños, 1.532 españoles y otros 1.667 de diversas nacionalidades, según los datos del Observatorio Andalusí de la Unión de Comunidades Islámicas (Ucide).
Talayuela, Almendralejo y Navalmoral de la Mata son las zonas donde probablemente se puedan organizar clases, porque la comunidad musulmana es más abundante en estos lugares.
POLÉMICA / La implantación de esta materia no está exenta de polémica. De hecho, la portavoz de la Junta de Extremadura, Isabel Gil Rosiña, tuvo que negar hace unas semanas que su impartición en centros educativos sostenidos con fondos públicos en la región «suponga algún tipo de agravio comparativo respecto a otro tipo de enseñanza religiosa». Y añadió que «la Administración autonómica tiene que garantizar la igualdad de los ciudadanos respetando siempre las confesiones religiosas que cada uno individualmente quiera elegir».
