La Conferencia Episcopal Española (CEE) sigue sin responder al segundo requerimiento que le fue enviado por Baltasar Garzón hace ya más de tres semanas. Ayer, durante la presentación de un libro sobre santos y beatos mártires durante la guerra civil, su secretario general, Juan Antonio Martínez Camino, eludió comentar el asunto con un tajante "no hay nada nuevo que añadir". "Cuando tengamos que comunicar algo, lo comunicaremos", agregó ante la insistencia de los periodistas.
El portavoz de los obispos negó que exista una contradicción entre las beatificaciones de mártires de los años 30 que viene realizando la Iglesia –977 ya reconocidos y otros 800 en cartera para este año– y las críticas que también ha venido lanzando a la ley de memoria histórica.
No obstante, el propio Martínez Camino aseguró el pasado 27 de septiembre que la CEE está dispuesta a "colaborar de modo pleno" con la justicia, ya que los archivos parroquiales son públicos y la Iglesia desea que se respete el derecho de toda persona a saber dónde se encuentran sus seres queridos asesinados.
ANEMIA DE LA FE Martínez Camino defendió el recuerdo a quienes murieron por su fe en la contienda. "Esta actividad de la Iglesia, desde cuando no había leyes de memoria histórica, no busca reabrir heridas ni va contra nadie ni busca culpables", justificó. "La sangre de los mártires es el mejor antídoto contra la anemia de la fe", remachó el obispo.
