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La iglesia se apropia de las joyas mudéjares de Zaragoza por la vía de la inmatriculación

Inscribió a su nombre el templo de la Magdalena, que lleva años cerrado, mientras recibe una inversión millonaria de fondos públicos

La inmatriculación se produjo en marzo de 1987 cuando Elías Yanes dirigía el arzobispado, tres días después de haber anotado a su nombre la catedral de La Seo

La Iglesia se ha hecho también por esa vía con la iglesia de Santiago el Mayor, un antiguo convento desamortizado por Mendizábal, y con San Juan de los Panetes, rehabilitada también con dinero público

El templo de La Magdalena y la catedral de La Seo coinciden en varios aspectos: son las dos principales joyas del arte mudéjar de Zaragoza, han permanecido años cerradas al público, mientras eran rehabilitadas mediante inversiones millonarias de fondos públicos, y ambas figuran inscritas a nombre de la Iglesia en el Registro de la Propiedad desde la primavera de 1987. En los dos casos, por iniciativa del entonces arzobispo Elías Yanes, por la vía de la inmatriculación y con solo tres días de diferencia.

La Magdalena es un vistoso templo del siglo XIV con una llamativa torre revestida de mosaicos declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, junto con el resto de iglesias aragonesas de ese estilo. Fue inscrita en el Registro de la Propiedad de Zaragoza el 8 de abril de 1987 a favor de la parroquia del mismo nombre mediante un título de certificación de dominio expedido por Yanes y refrendado por un notario diocesano.

Fue inscrita como “iglesia parroquial” once años antes de que una reforma de la Ley Hipotecaria promovida por el Gobierno de José María Aznar levantara el veto expreso que el franquismo había impuesto en 1946 al registro de “los templos destinados al culto católico” por la vía de la inmatriculación.

Esa figura permite anotar la posesión de inmuebles en fichas registrales de nueva apertura. Aunque no otorga la propiedad, sí facilita la posibilidad de adquirirla mediante la usucapión, algo que en Aragón ocurre cuando alguien lleva 20 años poseyendo un bien de manera pacífica. Ese plazo se reduce a una década cuando están “presentes” el resto de los posibles dueños, que en este caso serían el municipio, la comunidad autónoma o el Estado.

Inversión millonaria con fondos públicos

El arzobispado de Zaragoza, agitado por fuertes tensiones internas tras la etapa de Manuel Ureña, y que se ahorra cientos de miles de euros al año por las exenciones del IBI, se ha hecho mediante inmatriculaciones con varios templos, algunos de los cuales están catalogados como bienes de interés cultural o monumentos. Esa circunstancia provocó las quejas del Movimiento Hacia Un Estado Laico (Mhuel), que hace unas semanas pidió públicamente a las autoridades locales que intenten recuperar La Seo.

La iglesia de La Magdalena ha recibido elevadas cantidades de dinero público para su rehabilitación. El Ministerio de Fomento y el Gobierno de Aragón suscribieron en 2006 un convenio por el que el primero aportaría 445.472 euros del 1% cultural y el segundo otros 890.945 para la segunda fase de las obras. Parte de esta última cantidad sería financiada por las cajas de ahorro locales. El documento establecía que la Comunidad Autónoma “dispone de autorización del Arzobispado de Zaragoza para la ejecución” de los trabajos, ya que “la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena se considera incluida dentro de la declaración genérica de la Unesco del Mudejar Aragonés, del año 2001, como Patrimonio de la Humanidad”.

Los presupuestos generales del Estado incluyen una partida de 400.000 euros para este año y otra de 480.000 para el próximo. La primera fase, desarrollada en 2002 y 2003, costó otro millón.

La iglesia de la torre inclinada

El arzobispado también inscribió a su nombre, en este caso el 30 de noviembre de 1989, la iglesia de San Juan de los Panetes, de estilo barroco y ubicada en el extremo oeste de la plaza de las catedrales.

La nota registral señala que no hay “título de dominio inscrito o inscribible” a favor de ninguna entidad, aunque atribuye su pertenencia a “la diócesis de Aragón” ya que, según indica, consta “la continuidad de su posesión y dominio pacífico, desde tiempo desconocido”. La anotación, basada también en “una certificación de dominio” emitida por Yanes y ratificada por un notario diocesano, especifica que el templo se destina “al cumplimiento de los fines espirituales” de la iglesia, es decir, al culto. No obstante, reseña la finca, de 1.305 metros cuadrados de superficie, como “complejo de San Juan de los Panetes”.

El Gobierno central ha ido informando en distintas respuestas parlamentarias de las inversiones que ha financiado en este templo, finalizado en 1725 y cuya pieza más destacable es una torre, también de estilo mudéjar, datada en el siglo XVI y famosa por su inclinación hacia el este, en dirección a la basílica del Pilar y la catedral de La Seo.

El viaje inverso de un convento desamortizado por Mendizábal

La iglesia de Santiago El Mayor, un templo barroco con elementos mudéjares ubicado en la avenida César Augusto, está registrada a favor de la parroquia del mismo nombre desde el mismo día que La Magdalena, el 8 de abril de 1987, y por el mismo procedimiento: ausencia de “título de dominio inscrito o inscribible”, “certificación de dominio” de Yanes avalada por el notario y constancia de “la continuidad de su posesión y dominio pacífico, desde tiempo desconocido”, para dedicarla al culto.

Sin embargo, en este caso la documentación no coincide con la historia real de esta finca, de una superficie de 3.097 metros cuadrados y con 2.782 de ellos construidos. Fue edificada en la segunda mitad del siglo XVII como convento de los dominicos y quedó abandonado los años 30 del siglo XIX como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. La parroquia de Santiago el Mayor, cuya iglesia había sido derribada, se instaló en el edificio en 1902. Sus últimas zonas construidas datan de los años 70.

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