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La iglesia española vuelve a destaparse: se reconoce al margen de la Constitución Española

La Iglesa Católica es una organización jurídica (sometida jerárquicamente al Estado Vaticano), que está al margen y muchas veces por encima de la Constitución Española.

No es un hecho novedoso. Pero sin embargo desconocido para la mayoría de los ciudadanos españoles. La Iglesa Católica es una organización jurídica (sometida jerárquicamente al Estado Vaticano), que está al margen y muchas veces por encima de la Constitución Española.

Y ello pese a que estamos, teóricamente, en un estado laico, aconfesional. Y libre.

Esta triste realidad, es conocida y denunciada desde hace mucho por unos pocos. Lo cierto es que existen en la actualidad en vigor, cinco acuerdos o concordatos de Estado Español con el Estado Vaticano, con rango de ley ordinaria (no orgánica), y ámbito internacional, como es evidente al tratarse de acuerdos entre estados soberanos independientes. (España y Vaticano). Dichos acuerdos se firmaron entre 1976 y 1979.

En infinidad de ocasiones, diferentes colectivos civiles han denunciado la inconstitucionalidad de dichos acuerdos, y el anacronismo que representan dentro de nuestro Estado Español, democrático y aconfesional. Estos acuerdos con la Iglesia católica funcionan en la actualidad como un factor desestabilizante del sistema laico que impone nuestra Constitución en su artículo 16, y están plagados de normas inconstitucionales (p.ej., el sistema de nombramiento del Vicario General Castrense; la diferencia de régimen impositivo entre las confesiones y otras ONG; el sistema de asignación tributaria; la consideración de los profesores de religión como contratados laboralmente por la administración; la exención del IBI para los inmuebles de la Iglesia…).

Pero al margen de todo esto, HOY TENGO QUE HABLAR COMO ADOPTADO QUE QUIERE CONOCER A SUS PADRES BIOLÓGICOS, y que no puede, como tantos otros, porque la Iglesia no quiere decirme sus nombres.

Y he de hacerlo, porque hoy mismo en declaraciones públicas Jose María Gil Tamayo, Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española, ha manifestado ante la pregunta de Soledad Arroyo (periodista de Antena 3), sobre si iban a entregar archivos en las investigaciones de niños robados:

            “…Que pueden existir órdenes judiciales que obliguen a su entrega, pero también hay que tener en cuenta la existencia de leyes orgánicas internacionales (sic), que garantizan la inviolabilidad de los archivos de la iglesia… Serán los Obispos de cada Diócesis, los que decidan como actuar ante esas órdenes”.

(https://www.facebook.com/#!/photo.php?v=10202531498282833&set=vb.1656961328&type=2&theater)

            Estas declaraciones son claras y brutales.

            Públicamente, dice el portavoz de la CE, que la Iglesia Española podrá NO cumplir con las órdenes de los jueces, que recogen el derecho de los adoptados a conocer a sus padres biológicos (en virtud del derecho constitucional del artículo 39), acogiéndose al artículo 6 del Concordato entre el Estado Español y el Estado Vaticano, de 1979, que literalmente recoge la INVIOLABILIDAD de los archivos eclesiales.

            ¿Qué más queremos para darnos cuenta de la impunidad de la Iglesia? Ahora hablo de cómo públicamente se reconoce que se podrá “pisotear” el derecho constitucional de todo español a conocer sus orígenes biológicos. En otras palabras, más sentimentales porque así me apetece, el derecho a abrazar a mi madre biológica. Pero ejemplos de esta impunidad, como dije antes, hay demasiados.

            Sin embargo, no ha habido ningún gobierno democrático, ni de izquierdas ni de derechas ni de centro, que se haya atrevido a atajar esos privilegios de la Iglesia, que en mi caso ahora, como en los de miles de adoptados, se convierten en un obstrucción gravísima de nuestros derechos civiles. De nuestros derechos humanos.

            Al menos pienso yo, la Iglesia ha hablado claro. Y yo prefiero tener un enemigo así, que me dice sin tapujos que no va a respetar mis derechos, para poder actuar en consecuencia… llamaremos al Tribunal Constitucional, a la ONU, a Estrasburgo… a ONG laicas, partidos políticos valientes, a todos los ciudadanos comprometidos…

            Porque pese a ellos, y pese a que vivo en un Estado pasivo y cínico en el que los políticos me mienten y dan privilegios a unos, los católicos, para quitarme los míos y los de tantos otros, sigo confiando en que alguien habrá en el mundo, alguna autoridad nos escuchará, y accederá a ayudarnos a ejercer un derecho tan simple, tan básico y tan elemental que ninguna iglesia, credo o confesión debería impedirlo: el de conocer a la mujer, a la madre, que nos dio la vida.

            Nosotros, pese a ellos, vamos a seguir luchando…

firma Acuerdos España Santa Sede 1979

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