El Ayuntamiento de Almería ha realizado una aportación de 100 000 euros para la restauración de esta iglesia situada en el Cabo de Gata
Siete año después de su cierre, debido al estado de degradación en que se encontraba, la iglesia de Las Salinas, en el término municipal de Almería dentro de Cabo de Gata, vuelve a abrir al público. Lo hará el próximo 23 de septiembre (Santa Tecla) y se consagrará en el nombre de San Miguel, a quien se le ha nombrado durante muchos años para referirse a la zona. La solicitud de los vecinos era que se tuviera en cuenta a la Virgen del Carmen, aunque todavía no se ha desvelado si esta tendrá una imagen dentro de este santo recinto.
El párroco que se encargará de oficial misa, inicialmente al menos los domingos, será Don Eduardo Muñoz, que ya tiene en su agenda una gran cantidad de ceremonias de matrimonio planificadas y listas para efectuarse. Y es que la iglesia de Las Salinas, merced a su rehabilitación (llevaba a cabo por la empresa Rehabitec y sufragada mayoritariamente por el obispado -con la aportación de 100.000 del Ayuntamiento de Almería-) se ha convertido en un reclamo turístico, sin duda, por encima de su nivel anterior, ya que, antes, conforme se iba deteriorando, perdía parte de su encanto. Ahora, presenta una imagen casi calcada a la de sus años anteriores. Ha recuperado el mármol en el altar, que durante un tiempo pasó a ser de madera ya que fue roto por unos vándalos. El suelo también ha quedado renovado, al igual que las paredes, pero, sin duda, lo que más esfuerzo ha requerido ha sido la estructura de la torre,
Fue el 25 de diciembre de 2004 cuando la iglesia de Las Salinas de Cabo de Gata fue testigo de su última celebración religiosa. Desde entonces, el obispado ha intentado recuperarla del pobre estado al que el tiempo la estaba maltratando, pero las trabas se lo impidieron. Pero este símbolo de la provincia almeriense no podía caer en el olvido y hacer dos años comenzaron los trabajos. El resultado de estos ha sido considerado como muy positivo por los entendidos y vecinos de la zona, que recuperan un espacio para el culto semanal.
