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La Iglesia católica deberá abstenerse de intervenir en política

La Iglesia católica deberá abstenerse de intervenir en política y no olvidar que el Estado laico es una exigencia vigente de la sociedad. "Son inaceptables sus violaciones al artículo 134 constitucional y la separación Iglesia-Estado, en materia política-electoral, debe ser total; el Gobierno tiene el desafío cotidiano de favorecer la convivencia armoniosa", afirmó consejero electoral Francisco Javier Guerrero.

En entrevista, dijo que el artículo 130 "es una disposición emblemática del Estado mexicano, pues contiene el principio histórico de la separación del Estado y las iglesias, y en él se establece con claridad que los ministros de culto no podrán realizar proselitismo ni a favor o en contra de un candidato, partido o asociación política alguna".

"Los ministros de culto deben recordar que el Estado laico es una exigencia vigente de la sociedad mexicana, que hay una creciente diversidad religiosa y moral en el seno de la sociedad actual y que el Estado tiene ante sí desafíos cotidianos para favorecer la convivencia armoniosa, además de la necesidad de respetar la pluralidad de las convicciones religiosas", dijo el Consejero del IFE.

Aseguró que la laicidad supone una doble obligación para las iglesias, de respeto a las cuestiones políticas, y para el Estado el respeto a las iglesias y a la conciencia individual de las personas; así, en este equilibrio es como se concibe la separación entre la Iglesia y el Estado mexicano.

Explicó que la laicidad significa la armonización de tres principios esenciales: primero, el respeto a la libertad de conciencia y su práctica individual y colectiva; segundo, la autonomía de lo político y de la sociedad civil frente a las normas religiosas y filosóficas particulares, y tercero, la igualdad ante la ley y la no discriminación directa o indirecta hacia las personas.

Para ello, en este aspecto, la prohibición existe en dos vertientes, tanto para los ministros de culto de realizar proselitismo a favor o en contra de un partido político, como ha venido sucediendo, como de los propios partidos y candidatos de no utilizar símbolos religiosos en su propaganda, es decir, la separación en materia política-electoral es total.

De allí la importancia de que cada parte cumpla con el respeto que le corresponde, tanto durante los procesos electorales para partidos políticos, candidatos e instituciones, como también fuera de ellos.

"El respeto de la ley es, finalmente, el mayor soporte de nuestra vida democrática, es necesario que se honre por cada parte del sistema y por la sociedad en general; además de no ser legal, si me permite decirlo, tampoco es sano que la Iglesia interfiera en cuestiones políticas, como que el Estado pretendiera intervenir en cuestiones religiosas", dijo.

Este principio de separación y de no intervención en asuntos políticos es lo que da origen precisamente al Estado mexicano laico, término que según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua significa: "Independiente de cualquier organización o confesión religiosa".

Finalmente, Guerrero expresó: "Hay una creciente diversidad religiosa y moral en el seno de la sociedad actual y el Estado tiene ante sí desafíos cotidianos para favorecer la convivencia armoniosa, además de la necesidad de respetar la pluralidad de las convicciones religiosas".

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