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La fragilidad del estado laico

Realmente es preocupante la abierta ingerencia que tiene la iglesia católica en las instituciones políticas que conforman la base de un Estado laico, la clara expresión de prejuicios y preceptos religiosos arraigados en los jerarcas católicos, en miembros presidenciables del Partido Acción Nacional y en el titular de la Secretaría de Gobernación transgreden el carácter de laicidad de nuestro Estado y a la vez interfieren subjetivamente en la estructuración de las políticas públicas de salud.

Es evidente que la iglesia católica aún no ha querido entender lo que implica la separación entre iglesia y Estado instituida por Benito Juárez en la Leyes de Reforma y más atrás en las ideas liberales de José María Mora y Valentín Gómez Farías que en aquel México independiente aspiraban a establecer el mayor número de libertades entre ellas de conciencia, de opinión, de imprenta, de comercio, de asociación etcétera, así como también a “independizar al estado de la iglesia, a privar a ésta de la riqueza que le había dado un gran poder social y político, y a aumentar, en lo posible, la cultura y el bienestar de las personas menesterosas a fin de convertirlas en ciudadanos libres y conscientes de sus derechos y deberes.”1

Estas aspiraciones han sido constantemente quebrantadas por parte de la iglesia católica al reprobar severamente las políticas oficiales concernientes a la planificación familiar, al emitir su descalificación total a temas como el uso del condón, el aborto, la ley de sociedades de convivencia, a los contenidos sexuales en los libros de texto y ahora de nuevo contra la anticoncepción de emergencia (AE) expresando su postura a través de su vocero Carlos Abascal. Su influencia opera en las cúpulas empresariales y políticas desplegando desde ahí su capacidad de presión que se deja sentir en diputados, senadores y secretarios de estado que confunden arbitrariamente sus creencias religiosas con su funciones públicas, minando el concepto de laicismo que defiende la independencia de la sociedad y el Estado de toda influencia eclesiástica.

En este sentido es impresionante que de cara al siglo XXI prive en los integrantes de la esfera política mexicana y en aquellos funcionarios de gobierno la falta de información acerca de lo qué es la salud sexual y reproductiva de los mexicanos. Al escuchar el asunto sobre la píldora del día siguiente, sobredimensionan este término junto con sus creencias individuales y lo perciben como un medicamento abortivo. Siendo que la anticoncepción de emergencia funciona en tres niveles: previene la ovulación, interviene con el transporte espermático e impide la fertilización del óvulo por el espermatozoide, “debido a que el efecto de la píldora de emergencia para prevenir el embarazo se logra antes de 72 horas después del coito, es evidente que no funciona como abortivo. No se indica después de un retraso menstrual o en caso de sospecha de un embarazo, porque en esos casos no tiene ningún efecto.”2

Lo más deplorable en este caso es que, después de una reunión de facto que tuvo Carlos Abascal con el cardenal Norberto Rivera, desconociera totalmente los mecanismos que se llevan a cabo para que sea publicada en el Diario Oficial de la Federación una política pública; como lo ha explicado Julio Frenk secretario de Salud no fue una decisión personal más de 100 organizaciones discutieron el tema durante tres años; se reunieron instituciones del sector público, científicos de gran renombre en el seno de un organismo de rango constitucional denominado Consejo de Salubridad General en el cual se revisa el cuadro básico de medicamentos. Por su parte “los representantes de dependencias gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil que participan en el Grupo Interinstitucional de Salud Reproductiva sostuvieron varias reuniones de trabajo en las que analizaron los aspectos técnicos, científicos y legales de la AE y, hasta que hubo consenso entre todos se decidió publicar la actualización de la Norma Oficial Mexicana en el Diario Oficial lo que ocurrió el 21 de enero de 2004.”3

A pesar de la labor constante tanto de las asociaciones de ultraderecha como de la iglesia católica por desvirtuar la información –recordemos la propagación de información falsa acerca del condón- el creyente actual toma sus decisiones sin intermediación del sacerdote, lo cual mortifica enormemente a la Conferencia Episcopal Mexicana, porque el verdadero laico hace una distinción entre su ámbito religioso, el social y el político. “El caso más claro al respecto es el uso de anticonceptivos. La jerarquía católica podrá desaprobarlos, pero nuestros datos indican que 70 por ciento de las mujeres en edad de procrear los usan y eso significa que no podemos, por tanto, tomar la opinión de esa jerarquía como representativa de ese grupo de fieles. Las reivindicaciones de la jerarquía no son las mismas de la feligresía, en ese tema como en muchos otros.”4

Estamos convencidos que el único contrapeso que existe para enfrentar la ignorancia y la falta de voluntad política que en la mayoría de las ocasiones no ofrece solución a las necesidades más urgentes de la población, es la organización de las agrupaciones de la sociedad civil que, en este caso, inmediatamente alzaron la voz en defensa de los derechos reproductivos de las mujeres. Católicas por el Derecho a Decidir, GIRE, Por una Maternidad sin Riesgos entre otros grupos, han orientado su trabajo colectivo a la difusión de información, tarea indispensable en este contexto social en el que todavía persiste el pensamiento retrógrada que permea los principales sectores del poder político.

La importancia de conocer nuestro cuerpo, nuestra sexualidad tanto hombres como mujeres, el tomar la decisión de cuándo tener hijos o no tenerlos tiene que ver con lo que significa ser un ciudadano libre con derecho a la autodeterminación reproductiva. Si realmente queremos acceder al tan anhelado primer mundo, no sólo la cuestión económica posibilita esa posición dentro de un marco globalizador, también el reconocimiento de una sociedad plural, el respeto y cumplimiento de sus derechos humanos básicos de los que se desprenden los sexuales y reproductivos y la garantía de resguardarlos cívica y políticamente por parte de una Estado laico. Esta píldora del día siguiente “permitió que en China se redujeran 60 por ciento los abortos, mientras en Estados Unidos disminuyó en 50 mil por año el número de estas prácticas.”5

La píldora está autorizada, sin embargo, todavía faltan más batallas que librar, mientras tanto tengamos presente una frase de aquel que en su tiempo también fue un disidente: “al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.”

(1)    Miranda, José, et. al. Historia de México, ECLAL, México, 1963.

(2)    Cruz Martínez, Angeles. “Estudios sustentan acción preventiva de la píldora de emergencia: expertos”. La Jornada, 20 de julio de 2005.

(3)    Loc. Cit.

(4)    Brito, Alejandro. “Las Iglesias no pueden imponerle a la población una determinada perspectiva moral. Entrevista con Roberto Blancarte, investigador de El Colegio de México”. Suplemento Letra S, La Jornada, 5 de abril de 2001.

(5)    E. Muñoz, Alma. “Fue una decisión colegiada, no un capricho :Ssa”. La Jornada, 19 de julio de 2005.

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