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La Fiscalía se carga un belén por considerarlo una agresión a la libertad religiosa

Parece que la sentencia de Valladolid está generando un efecto dominó y haciendo que se adopten medidas ante lo que antes se dejaba pasar. Apoyamos estas iniciativas que permitirán generar un espacio común libre de doctrinas. Algo que los católicos no parecen querer y nos quieren obligar a vivir con sus símbolos.

Olga Sánchez, la fiscal del 11-M, tomó la iniciativa. Estamos en Navidad y se le ocurrió que podían montar un belén. Otra fiscal, más progresista, consideró una agresión a la libertad religiosa la colocación de las figuras navideñas en el vestíbulo principal y logró que el 'número dos' de Pumpido ordenara que las quitasen. 

Estamos en plena ofensiva laicista en cualquier ámbito. También, claro, en la Fiscalía General del Estado. Funcionarios que trabajan en la sede central del Ministerio Público en Madrid están sorprendidos, cuando no molestos, por la decisión del número dos de la Fiscalía, Juan Martín Casallo, de retirar un pequeño belén que se había instalado en el vestíbulo principal con las figuras del Niño Jesús, la Virgen María y San José junto a unas flores de pascua, según informa María Peral en El Mundo.

Fue Olga Sánchez la que personalmente llevó las figuras del Nacimiento a la sede de la Fiscalía, en la madrileña calle Fortuy. Las colocaron, y apenas duraron 24 horas. Cuando otra fiscal, Pilar Barrero, miembro de la Unión Progresista de Fiscales, pasó por el lugar y vio el belén preguntó quién lo había puesto ahí y pidió que fuera retirado inmediatamente alegando que era una agresión a la libertad religiosa y que ninguna confesión tiene carácter estatal.

Irritada por la presencia del nacimiento, Barrero se encaminó al despacho de Conde-Pumpido, al que se accede desde ese mismo vestíbulo, para reclamar que las figuras religiosas desaparecieran de allí. No pudo hablar con el fiscal general, que se encontraba de viaje oficial en el extranjero, por lo que fue a ver al teniente fiscal, Martín Casallo, que accedió ipso facto a la solicitud.

El episodio del belén en la Fiscalía recupera para la actualidad la polémica sobre la presencia de símbolos religiosos en ámbitos públicos e institucionales, una asidua controversia que esta legislatura se ha abonado con la pretensión del Gobierno de modificar la Ley de Libertad Religiosa de 1980.

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