Ante la falta de candidatos fuertes, auguran que habrá sorpresas en el Vaticano
La sede de Pedro está vacante . Los ojos del mundo miran ahora a los 115 cardenales de 45 países y cinco continentes que deberán elegir al sucesor de Benedicto XVI.
Entre estos cardenales -"creados" en su mayoría por Joseph Ratzinger y por Juan Pablo II-, está el próximo pontífice, tal como subrayó el propio Benedicto XVI el jueves pasado, en su última audiencia como jefe de la Iglesia.
A diferencia del cónclave de 2005, cuando Ratzinger entró en la Capilla Sixtina como gran favorito, esta vez hay divisiones y faltan candidatos fuertes, aunque cada vez suene más el nombre del cardenal brasileño Odilo Scherer. En este sentido, muchos expertos coinciden en que el cónclave que se avecina -cuya fecha aún no ha sido definida, pero que podría comenzar el 11 de marzo- deparará sorpresas.
Antes del cónclave de 2005, en efecto, hubo mucho tiempo para hacer lobby, por la larga convalecencia de Juan Pablo II.
En los tres años previos al cónclave de 2005, el fallecido cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, que encabezaba el Pontificio Consejo para la Familia, organizó unas cien comidas. ¿Su objetivo? Sumar apoyos a la candidatura de Ratzinger, auspiciada por un ala conservadora.
Esta vez la renuncia de Benedicto XVI, el 11 de febrero, tomó a todo el mundo por sorpresa. No hubo tiempo para hacer lobby con calma. Pero ya comienzan a definirse diversos grupos y candidaturas.
Uno de ellos es el de los cardenales de Curia o "curiales", más bien italianos, que no quieren ser barridos de la administración central de la Iglesia después de los escándalos del "VatiLeaks" y que aspiran a mantener cierto statu quo .
Se destaca, de hecho, una cordata auspiciada por el actual decano del Colegio Cardenalicio y ex influyente secretario de Estado de Juan Pablo II, Angelo Sodano, que impulsa la candidatura del cardenal brasileño Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo.
Scherer trabajó de 1994 a 2001 en la Curia romana -el gobierno central de la Iglesia- y, de ser elegido, se convertiría en el primer papa latinoamericano.
Este mismo grupo de cardenales "curiales", en el cual también estaría el cardenal Giovanni Battista Re, ex prefecto de la Congregación para los Obispos y de gran peso, trabaja para que la candidatura de Scherer incluya a un secretario de Estado que conozca bien esa Curia que muchos quieren reformar para que la desburocratice. Éste podría ser el cardenal Mauro Piacenza, actual prefecto de la Congregación para el Clero, o el cardenal argentino Leonardo Sandri, de origen piamontés y ex sustituto de la Secretaría de Estado, según informó ayer Vatican Insider.
Otro grupo de "curiales", liderado por el gran adversario de Sodano, el cardenal Tarcisio Bertone, cuestionado secretario de Estado de Benedicto XVI y actual camarlengo (a cargo del interregno), impulsa el nombre del cardenal italiano Gianfranco Ravasi, "ministro" de Cultura del Vaticano, de 70 años.
Un tercer grupo, que contaría con el respaldo de algunos cardenales norteamericanos -11 electores- y latinoamericanos -19 electores- impulsa la candidatura del cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto para la Congregación de los Obispos y presidente de la Comisión para América latina, que vivió mucho tiempo en Colombia, es políglota y tiene 68 años.
En 2005 los votos reformistas del colegio cardenalicio fueron al famoso cardenal Carlo Maria Martini, que murió el año pasado y en ese último cónclave ya estaba muy enfermo; en las últimas rondas de la elección esos sufragios confluyeron en el cardenal argentino Jorge Bergoglio, el segundo más votado.
A pesar de que es considerado un kingmaker, ya que su voz es muy respetada y será escuchada atentamente en las congregaciones generales que arrancan mañana, Bergoglio -para muchos- ya no es papable debido a sus 76 años. Pero hay quienes creen que, de existir un bloqueo en las votaciones de la Capilla Sixtina, muchos volverían a escribir su nombre en las papeletas.
En un cónclave dominado por purpurados más bien de línea conservadora, ¿hay algún candidato progresista esta vez? Los expertos mencionan en este sentido al cardenal filipino Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila, llamado el "Wojtyla de Oriente". Su punto débil es la edad: 55 años, demasiado joven, ya que nadie querría un papado que pueda durar décadas.
También suena el nombre del cardenal norteamericano Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston, capuchino de 68 años, que no contaría con el respaldo de sus compatriotas.
El lobby, discreto pero intenso
No hay tiempo para hacer lobby con calma, pero muchos movimientos católicos, aunque lo nieguen, discretamente se mueven.
El movimiento Comunión y Liberación apoya a su ex líder y gran favorito entre los 28 electores italianos, el cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, ex patriarca de Venecia y "ratzingeriano" de hierro. Los focolarinos apuntan al brasileño Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de la Vida Consagrada, de 65 años, que para muchos recuerda a Juan XXIII. El Opus Dei estaría pensando en el italiano Mauro Piacenza o en el brasileño Scherer. El movimiento neocatecumenal, en el cardenal Ferdinando Filoni, nuncio en Irak durante la invasión norteamericana de 2002, y la Comunidad de San Egidio, en el cardenal Agostino Vallini, vicario del papa en Roma.
Pero hay otros nombres entre los papables, como el cardenal húngaro Peter Erdo, presidente de la Conferencia Episcopal Europea, de 60 años, o el mexicano Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, de 64. Aunque nadie descarta que un outsider , un tapado, pueda ser el próximo pontífice.
El perfil
- Odilo Pedro Scherer / cardenal brasileño
El candidato de los "curiales"
Un grupo de poderosos cardenales italianos hace lobby por el arzobispo de San Pablo
En Roma, hay campaña electoral hasta para el cónclave. Foto: AP
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