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La Disputa de Tortosa

La Disputa de Tortosa fue un acontecimiento muy destacado en las tensas relaciones de los cristianos con los judíos en la Baja Edad Media. En 1391 había tenido lugar la intensa revuelta antijudía de Sevilla, y que se extendió por multitud de lugares. Además, en la Corona de Aragón San Vicente Ferrer estaba desarrollando una intensa campaña de predicaciones contra los judíos.

El deseo de los distintos poderes en los reinos cristianos peninsulares para que los judíos se convirtiesen al cristianismo promovió que se celebrasen en la Edad Media una especie de debates públicos sobre cuestiones religiosas. El más destacado de todos fue la que se conoce como la Disputa de Tortosa, que tuvo lugar entre 1413 y 1414. Fue convocada y presidida por el papa Benedicto XIII. Se invitó o forzó a participar a representantes de las aljamas aragonesas, los rabinos. El debate se centraría en dos puntos: la figura y la llegada del Mesías, y los supuestos errores de los libros talmúdicos. El público judío asistente lo fue por obligación. En realidad, hay que matizar el término de debate para este tipo de reuniones, o por lo menos procurar entender que no obedecían a las características de lo que nosotros entendemos por tal. Eran sesiones de adoctrinamiento para intentar forzar el reconocimiento de los supuestos errores de las autoridades religiosas.

Se celebraron sesenta y nueves sesiones, casi todas ellas en la propia Tortosa, aunque las últimas tuvieron lugar en la villa de San Mateo, en su Iglesia Arciprestal, en Castellón. El objetivo pretendido que, como hemos indicado, era el de promover las conversiones, se cumplió, ya que se produjeron muchísimas tanto voluntarias como forzadas en algunas destacadas aljamas como las de Alicante, Morella, Caspe y Lleida. La Disputa de Tortosa constituye uno de los factores claves para entender el declinar de los judíos en la Corona de Aragón. Al parecer, la clave del éxito estribó en que se emplearon los tipos de argumentos que empleaban los sabios judíos. Por eso se entiende que el peso del debate desde el lado cristiano lo llevaran judeoconversos como Jerónimo de Santa Fe, médico del papa Benedicto, y que San Vicente Ferrer había bautizado en 1412. Pero tampoco hay que olvidar la creciente presión que los judíos estaban recibiendo tanto en la Corona de Aragón como en la de Castilla.

La Disputa terminó con la lectura de la bula Elsi Doctoris el día 13 de noviembre de 1414. Las autoridades judías se vieron obligadas a firmar un documento en el que reconocían sus errores. También se quemaron libros judíos.

Eduardo Montagut. Historiador

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