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«La decisión de retirar el belén y los adornos navideños ha sido precipitada y errónea»

«Creo que nos hacen falta instrucciones de la Consejería sobre estas polémicas» Declaraciones de la directora del Centro Infantil Los Pegoyinos de Gijón, que retiró el belén y motivos religiosos navideños de su centro.

-¿Qué ha pasado estas Navidades en la escuela Los Pegoyinos?
-Pues que pusimos una decoración típica navideña con árbol, nacimiento, bolas y espumillón. Y por iniciativa de una educadora -y que nos pareció bien- añadimos un mural que combinaba dibujos animados sobre el nacimiento y un texto con frases muy explícitas religiosas. No sé con exactitud lo que ponía, pero podía ser del tipo «gloria a Dios en las alturas…» o algo así. Antes de poner ese texto ya había aparecido una pegatina encima del belén que decía: «Escuela pública y laica». La quitamos y no le dimos mayor importancia. Pero después de colocar el mural una madre me llamó y mostró su disconformidad general con todas las celebraciones vinculadas a la religión, pero sobre todo centrando su crítica en el mural.
-¿Y qué pasó entonces?

-Quedé con ella en revisar la situación y, si procedía, retirar el mural. Pero al final tomé una decisión drástica y precipitada, como fue quitar todos los motivos navideños del centro. En mi decisión creo que influyó decisivamente el cansancio, porque llevaba meses compaginado la dirección de tres centros de Infantil (Los Pegoyinos, Los Playinos y Montiana), y también la desilusión de que, nuevamente, una fiesta que organizamos con ilusión pero sin ningún tipo de obligación originase algún problema. Pensé que quitar toda la decoración era lo mejor.
-¿Con qué criterio?

-Pensé que es cierto que éste es un centro público, plural y donde tiene cabida todo tipo de familias. Así que me planteé que quizá mi deber era mantener el centro alejado de estas polémicas. Creí que lo mejor que hacía era retirarlo todo y fuera.
-La concejala, Carmen Rúa, asumió que fue ella quien ordenó retirar todos los elementos navideños. ¿No fue así?

-No. Le comenté que había habido una queja, pero ella no me mandó hacer nada. Fue mi decisión. Más bien le quitó importancia diciéndome que si sólo había tenido una no era mucho. Pero para mí era la primera vez, porque en Cimadevilla nunca me había pasado nada semejante. Después de que salió la noticia en prensa ella me llamó y me dijo: «Pero tú, ¿qué quitaste?». Se sorprendió mucho de que hubiera retirado toda la decoración. Creo que la concejala está asumiendo una responsabilidad que no tiene y se están cargando las tintas contra ella, cuando no fue su decisión.
-¿En algún momento consultó al consejo escolar del centro?

-Es que en el caso de Los Pegoyinos todavía no tenemos consejo escolar. Si no, ése hubiera sido el foro de debate adecuado. Por eso, reconozco que, precipitadamente y saturada de muchas historias, tomé una decisión que quizá no fue la más acertada. Porque generó una cadena de reacciones, incluida la recogida de firmas de las familias que estaban en contra de la medida. Esas familias nunca llegaron a hablar conmigo directamente.
-Pero se volvió a poner decoración navideña, ¿no?

-Después de hablar con Carmen Rúa reconsideré el asunto y puse una nota en el tablón de anuncios del centro diciendo que la escuela había decidido retomar la decoración típica de estas fechas, con espumillón, bolas y ninguna referencia religiosa.
-¿Qué reflexión hace de todo lo sucedido?

-Me causa sorpresa que esta cuestión alcance una dimensión tan grande. Lo que me ha servido es para hacer una autoevaluación de mi decisión, y ahora veo que fue precipitada y errónea.
-¿Todas las fiestas causan tanto debate en los centros?

-Las fiestas son un cúmulo de trabajo añadido para las escuelas de Infantil porque en estos centros los trabajadores no tenemos horario no docente para programar actividades. Lo hacemos por ilusión y supone un sobreesfuerzo que muchas familias valoran. Pero también es verdad que, muy habitualmente, dan lugar a algunos reproches. Y eso, al final, acaba cansando.
-Por ejemplo.

-Si celebras Halloween, te reprochan que celebres una tradición americana; si pones Papá Noel, que mejor el nacimiento; si pones el nacimiento, puedes herir sensibilidades, y si no celebras nada, también, y si organizas un magüestu, puede haber a quien no le guste. En Los Playinos, que es el centro de Cimadevilla donde nunca han surgido problemas con la Navidad, sí han surgido quejas con las fiestas porque tenemos un espacio pequeño para las celebraciones. Así que, para que se pueda disfrutar mejor, en vez de permitir entrada libre hemos limitado la presencia a dos adultos por cada niño. Pero siempre hay quien se salta la norma y acaban viniendo abuelos, tíos… lo que termina por enfadar a quienes sí cumplieron el pacto. Con todo esto, lo que intento decir es que al final son los pequeños problemas, y bastante tontos, lo que acaban por desilusionarnos. Pero creo que si esta polémica hubiera ocurrido otro año, donde no estuviera tan saturada, lo habría manejado mejor.
-¿Hay un equilibrio difícil entre la colaboración de las familias y las exigencias que pueden llegar a plantear?

-No. Creo que la tónica general es que se involucran mucho con estas escuelas, se preocupan y participan. Si éste no llega a ser un tema religioso, creo que no habría habido ningún problema. Si lo que llegamos a haber suprimido fuera un proyecto de «naranjas» por uno de «vacas», mi opinión es que nadie habría puesto ninguna queja. Pero con la religión el debate siempre acaba siendo acalorado.
-¿La Consejería de Educación está dando instrucciones de cómo manejar estos conflictos?

-No. Y creo que haría falta. Porque podría darse el caso de un consejo escolar que aprobase una fiesta de Navidad y familias del centro que siguieran oponiéndose. Yo expuse lo que me pasaba y lo único que me dijeron en la Consejería fue: «¿Vuestro centro tiene aula de Religión?». Y como no lo tiene, zanjaron el tema. No es un asunto fácil porque es polémico.
-Y el año que viene?
-Pienso que igual sería necesaria una reunión de padres donde exponer los puntos de vista de las familias, y una decisión del consejo escolar. Pero todo es muy relativo, porque en los otros centros nunca he tenido ningún problema ni se ha generado debate, con lo que tampoco tengo por qué dar por supuesto siempre que se va a generar conflicto. Entre otras cosas, porque en un centro de Infantil no se trabaja sobre el hecho religioso. Aprovechamos los animales del belén para hablar sobre ellos, y también para trabajar los conceptos de padres e hijos, pero nadie les da una clase de catecismo.

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