Los donativos y cuotas son la principal vía de financiación en la diócesis de Huelva junto a los ingresos por IRPF, que se mantienen prácticamente estables · Los gastos se han recortado, especialmente en personal
La crisis también afecta a la Iglesia, pero no en cuestiones de fe, sino en sus ingresos, especialmente en los que dependen de las aportaciones directas de fieles a través de las colectas, que caen un 18,47% con lo que la Iglesia está multiplicando sus esfuerzos en Huelva para salir adelante en estos tiempos en los que, por otra parte, se le requieren más acción.
Las dificultades de los onubenses para llegar a final de mes son cada vez más palpables y eso se deja sentir en las aportaciones voluntarias. Aunque es de destacar que los ingresos que llegan a través de la declaración de los fieles en la Renta prácticamente no ha sufrido variación alguna (se ha pasado de 1,67 millones a l,64 millones), lo que demuestra que siguen estando los que estaban antes de la crisis.
Así lo entienden en diferentes parroquias onubenses, desde las que se destaca que es lógico ese recorte en los ingresos si se tiene en cuenta que muchos fieles son pensionistas y, ante la escalada de paro que se ha dado en la provincia, son muchos los que tiene que ayudar a sus familias. Pese a ello, el balance económico de 2010, que se acaba de dar a conocer el Obispado de Huelva (el de 2011 no se cerrará hasta que concluya la próxima campaña de la Renta) deja una puerta abierta al optimismo y pone de manifiesto un año más que las cuentas de la Iglesia no se quedan en números rojos.
Los ingresos totales sólo descienden un 6,96% en Huelva (408.177 euros menos), mientras que los gastos se han contenido, especialmente en el apartado de sueldos y gratificaciones a sacerdotes y empleados, que se han recortado un 32,56%.
Poco han variado las fuentes de financiación de la Iglesia en los últimos años. Las aportaciones directas de los fieles ha sido y siguen siendo la principal fuente de financiación de la Iglesia. Se concretan en colectas (tanto diarias como extraordinarias), donativos, legados, herencias, etc., aunque desde el Obispado de Huelva se destaca que es "la suscripción periódica (mensual o semestral) el modelo más deseable". Hace cuatro años representaban alrededor del 75% de los recursos económicos de la Iglesia. Este 75% incluye el 5% que llegaba a través de los rendimientos del patrimonio propio y otro 20% que se obtenía a través de otras fuentes de financiación (ingresos por la realización de algunas actividades económicas, subvenciones a través de convocatorias públicas, etc.).
Actualmente, las aportaciones directas representan el 65% de los ingresos de la Iglesia.
A ese montante se le suma el que cada año llega a través del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas. Desde la Declaración de la Renta 2007 (la que se realizó en 2008), la Iglesia recibe del Estado el 0,7% de la cuota íntegra de los contribuyentes que manifiesten a la hora de entregar la declaración su deseo de que ese porcentaje de sus impuestos se destine a la Iglesia Católica. El resultado de la asignación viene a representar el 25% del presupuesto. Y es este capítulo uno de los que prácticamente se ha mantenido sin cambios (ha descendido un 2,08%, que se traduce en 34.800 euros menos) en el último balance, lo que es síntoma de que "el compromiso se mantiene", a pesar de las dificultades económicas, según fuentes del Obispado.
Tan esenciales son las aportaciones directas para las cuentas de la Iglesia que en los dos últimos años el Obispo de Huelva, José Viaplana, ha reiterado que "las fuentes para la autofinanciación de la Iglesia son ordinariamente dos". Y lo ha dejado claro: los donativos directos de cada persona (limosna, servicio religioso, cuota periódica); y "la X que se coloca en la casilla de la Iglesia Católica, cuando se realice la Declaración de la Renta, son importantes. La colaboración -añadía- es imprescindible", subrayó, José Viaplana al presentar el balance anual de las cuentas.
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