Una ponencia de la Corte Constitucional defiende el derecho a la libertad de expresión de María Eugenia Trujillo que se enfrentó con la comunidad católica por un supuesto uso irrespetuoso de sus símbolos. Mientras la Procuraduría había defendido la religiosidad.
El enfado que causó en creyentes católicos la exposición de las custodias que exaltaba la feminidad, parece, tendrá un final feliz para la autora María Eugenia Trujillo y no tanto para el procurador Alejandro Ordóñez.
Pese a que el jefe del Ministerio Público consideraba que la participación del Ministerio de Cultura promoviendo la visita de la exposición era tanto como promover una agresión al sentimiento religioso, una ponencia que se estudia en la Corte Constitucional señala lo contrario.
Según el proyecto de fallo de la acción de tutela en la que se discute el caso, el derecho a la libre expresión de la artista se sobrepone al deber de preservar la libertad de cultos que supuestamente se vio afectada.
Según la visión del caso que tuvo el magistrado ponente, si bien se trata de una exposición que pueda molestar a los católicos por su contenido, ese malestar no supone la violación de sus derechos fundamentales.
Al contrario, impedir una manifestación artística que genere animadversión en determinados sectores sí contrariaría la protección a una garantía fundamental, como lo es el derecho a la libre expresión, dice el ponente.
La providencia, que empieza a ser debatida esta misma semana, indica que la intención de la expositora, al resaltar las formas de las partes íntimas de las mujeres, nunca fue la ofender a la comunidad católica ni la de burlarse de sus elementos más significativos.
Para el ponente de la decisión, contrario a la agresión que supone el procurador, María Eugenia Trujillo, jamás quiso profanar los símbolos del cristianismo, pues a pesar de haber hecho uso de las custodias, no intentó afectar su significado para los creyentes.
El procurador Ordóñez, al participar en esta acción, sostenía que era deber de la Corte el prevenir al Ministerio de Cultura sobre la necesidad de no volver a promocionar exposiciones en las que se viera afectado el sentimiento de los adeptos a determinado culto religioso.
Detalle ‘Mulier’, 2010. Foto: Facebook de María Eugenia Trujillo.
