«Los católicos tienen que reaccionar ante el Gobierno». Ésta es una de las posturas que, en opinión de destacados responsables de la Conferencia Episcopal española, han de adoptar los ciudadanos católicos de nuestro país ante las políticas de «acoso» planteadas por el Ejecutivo socialista.
Tanto el presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez, como el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, constatan la urgencia de que los católicos «asumamos nuestras responsabilidades en la vida pública», al tiempo que recuerdan que «la Iglesia no está tan mal como se dice».
Relaciones con el Gobierno
En sendas entrevistas publicadas en el número de agosto de la revista «21rs», el presidente del Episcopado y el arzobispo de Pamplona -una de las figuras más reconocidas de la Iglesia española-, analizan el presente y el futuro de las relaciones Iglesia-Gobierno, así como los retos planteados tras la histórica visita de Benedicto XVI a Valencia.
Así, monseñor Sebastián reclama un reconocimiento explícito a la labor de la Iglesia durante la Transición y la democracia. «Sin la contribución de la Iglesia, la Transición no hubiera sido posible», apunta el prelado, quien ante el «acoso socialista», advierte al Ejecutivo que «los Gobiernos y los gobernantes pasan, pero la Iglesia permanece».
«Cuando el Gobierno está endureciendo los perfiles del laicismo, que crea tantos problemas, los católicos tienen que reaccionar», afirma el arzobispo de Pamplona, quien apunta tres formas de actuar. En primer lugar, «fortaleciendo nuestra propia identidad», puesto que en la España de hoy «ya no se puede seguir siendo católicos como antes, dejándose llevar».
En segundo término, Sebastián propone «fortalecer la unidad de los grupos y las tendencias que hay entre los católicos. Subraya que es mucho más lo que nos une, lo fundamental, que lo que nos separa. Hay que hacer realidad que somos un solo pueblo». Finalmente, el arzobispo de Pamplona reclama «asumir nuestras responsabilidades en la vida pública. Que, a la hora de ejercer el voto, lo valoremos moralmente. Los católicos tienen que cuestionarse si pueden votar o no a un Gobierno que nos lleva por estos derroteros. Tenemos que elegir a los gobernantes que más nos gusten».
Por su parte, Ricardo Blázquez se muestra muy «esperanzado» sobre el futuro de la Iglesia en España. En opinión del presidente del Episcopado, «la Iglesia española no está tan mal como, a veces, se dice. Tenemos que dar gracias a Dios por muchísimas cosas». Como ejemplo, el obispo de Bilbao subraya el «éxito total» de la reciente visita de Benedicto XVI a España.
«En el Encuentro del Papa con las Familias en Valencia -apunta el máximo dirigente de la Iglesia de nuestro país- hubo diez mil voluntarios, todos jóvenes. Eso no lo tiene ningún partido ni de lejos. Y sin cobrar nada, y sin esperar nada a cambio. Éstos y otros muchísimos jóvenes de todo el país ofrecen a la Iglesia sólidas garantías de futuro».
El Papa «transmite sin imponer»
Respecto a los frutos de la visita papal, Ricardo Blázquez destaca la «imagen extraordinaria del Papa», que ha calado en la gente. Un Pontífice que, en su opinión, «transmite ternura, sensibilidad, humanidad, cercanía, confianza y gratitud», y cuya presencia «ha sido un espectáculo impresionante de comunión, fe y oración». Para Blázquez, Benedicto XVI «transmite sin imponer». Una forma de hacer y decir con la que el presidente del Episcopado comulga totalmente y con la que se siente «identificado».
«Se pueden decir las cosas con claridad, con amabilidad y respeto», subraya Blázquez, quien pretende asumir el estilo de Benedicto XVI para las difíciles relaciones con el Gobierno socialista, especialmente tensas en las cuestiones familiares, educativas y de financiación. «Me he sentido identificado con lo que dijo y con la forma como lo dijo», indica el presidente del Episcopado, quien destaca que «el Papa dijo lo que tenía que decir con gran serenidad, para que se recibiera su mensaje. La verdad tiene su propia fuerza. Benedicto XVI se limitó a lanzar una invitación a la sociedad y a los gobernantes, confiando en la fuerza de la verdad».
Ricardo Blázquez
Presidente de la Conferencia Episcopal
«La Iglesia no está tan mal como se dice. Por ejemplo, en Valencia hubo diez mil voluntarios, todos jóvenes. Eso no lo tiene ningún partido ni de lejos. Y todos son jóvenes»
Fernando Sebastián
Arzobispo de Pamplona
«Los gobiernos pasan y la Iglesia permanece. Cuando el Gobierno está endureciendo los perfiles del laicismo, que crea tantos problemas, los católicos tienen que reaccionar»
