La Comunidad de Madrid ha invertido en esta acción 355.521 euros con cargo al Convenio con la Provincia Eclesiástica de Madrid
La Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid ha invertido en esta acción 355.521 euros con cargo al Convenio con la Provincia Eclesiástica de Madrid, según ha informado el Ejecutivo regional en un comunicado.
Se ha realizado una intervención integral en el templo estructurada en dos fases con objeto de subsanar los daños producidos por el paso del tiempo y la humedad. En una primera fase, efectuada entre los años 2008 y 2009, se acometieron las obras de restauración de las cubiertas, manteniendo las soluciones constructivas tradicionales, y aquellos elementos originales que se hallaban en buen estado, y se sustituyeron los que estaban dañados por otros de características similares.
En el interior se desmontó la estructura de escayola que formaba el falso techo, para recuperar la techumbre original. En esta fase también se procedió a la restauración de la fachada principal y se desmontó la cubierta de la entrada norte.
En la segunda fase, realizada a partir de 2010, se ha intervenido en las instalaciones e interiores de la iglesia que habían sido objeto de diversas actuaciones sin un criterio de conservación, que dieron como resultado un acondicionamiento inadecuado.
Asimismo, se han demolido los elementos añadidos; se ha picado el enfoscado a la tirolesa que había en la sacristía y en los zócalos del bajo coro y capilla bautismal; y se ha levantado el solado de terrazo y se ha sustituido por tarima de madera de 'iroko' en la nave, baptisterio y sacristía y coro, y por un solado de piedra caliza de cenia en losas en el presbiterio, con piezas macizas para formar el frente.
Finalmente, se han ejecutado nuevas carpinterías en puertas y ventanas, se ha realizado la instalación eléctrica, de iluminación y de un sistema de calefacción por 'fan-coils' enterrados en el suelo, así como la instalación de la megafonía.
Los orígenes de la iglesia parroquial de Santo Tomás se remontan al siglo XVII. Se trata de un edificio exento de volúmenes sencillos que consta de una sola nave rectangular, a cuyos pies se ubica un coro de madera protegido por una balconada del mismo material. Al cuerpo principal se le adosa una sacristía que conecta con ella a través del presbiterio.
La torre está construida igual que la nave en mampostería de piedra revestida y reforzada por esquinas elaboradas con sillares de piedra caliza, y consta de tres cuerpos bien diferenciados en altura.
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