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La brutal secta que amenaza a África

El fundador de la guerrilla, Joseph Kony, es considerado un mesías por los miembros de la secta armada - APLa sangrienta congregación ugandesa Ejército de Resistencia del Señor, una de las más violentas guerrillas africanas, extendió recientemente su área de operaciones a un cuarto país, al mismo tiempo que la ONU retira su misión militar de la zona. El grupo armado, que cometió atrocidades con los menores del centro de África, además de intentar establecer un Estado religioso cumple un papel fundamental en la compleja lucha por los recursos entre Estados Unidos, Francia y China en el continente.

De acuerdo con un informe presentado días atrás por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), una guerrilla cristiana extremista llamada Ejército de Resistencia del Señor (ERS) expandió sus ataques a mil kilómetros de su base principal en el norte de Uganda, llegando a la República Centroafricana e involucrando así a un cuarto país en su lucha armada.

La característica principal de este grupo es la agresión deliberada a civiles y la crueldad con la que ejerce sus operaciones de combate, dado que secuestra personas, la mayoría niños, para convertirlas en esclavos sexuales y además en futuros guerrilleros del ERS.

En nombre de Cristo masacran poblaciones, fuerzan a niños y a adultos a asesinar familiares y amigos y además ejercen diversas manifestaciones de violencia que tienen como objetivo aniquilar la psiquis y la empatía hacia el semejante. De esta manera, manipulan la voluntad de los menores y facilitan su reclutamiento.

LÍDER MESIÁNICO

Joseph Kony, fundador de la guerrilla en 1987, es considerado el Mesías para los miembros de esta secta armada. De acuerdo con UNICEF, el ERS llegó a secuestrar a 40.000 menores en los últimos veinte años, lo que desembocó además en el desplazamiento de dos millones de personas.

Su área de cobertura son las zonas selváticas del norte de Uganda, el Congo, el sur de Sudán y ahora se suma la República Centroafricana. La guerrilla obtiene el apoyo de las poblaciones locales en estos países por medio del terror, ya que a su paso produce secuestros, violaciones, mutilaciones, saqueos y destrucción de propiedades.

Se desconoce la cantidad de miembros reales de la secta porque muchos de los secuestrados, además de ser víctimas, forman parte activa de las atrocidades que comete el grupo que gira en torno a Joseph Kony.

A su vez, el informe de la ONU detalla que desde diciembre de 2008 el ERS asesinó a dos mil personas y secuestró a más de 2600, lo que provocó que más de 400.000 individuos se vieran obligados a abandonar sus hogares.

De esta manera, los campamentos del ACNUR, que fueron atacados en varias oportunidades por el ERS, no dan abasto con la cantidad de personas que necesitan provisiones de agua, alimentos y medicamentos.

¿GUERRILLA RELIGIOSA O POLÍTICA?

El objetivo del grupo armado es establecer un Estado teocrático en Uganda, basado en una interpretación propia de los Diez Mandamientos. Sin embargo, es posible que además de sus explícitos intereses religiosos, tengan como finalidad una meta política que no sólo involucra a Uganda, sino a los países vecinos y a las potencias que luchan por la hegemonía en el centro de África.

El origen de la guerrilla se puede situar en 1986, con la toma del poder por la fuerza del actual presidente de Uganda, Yoweri Museveni, uno de los mayores aliados de Estados Unidos en la región.

Tras el golpe, la etnia acholi, que constituye la mayoría de los miembros del ERS, fue desplazada del gobierno por Museveni. Sin embargo, esta no es una lucha religiosa ni étnica, ya que el gobierno islámico de Sudán apoya económicamente a la guerrilla cristiana del ERS para que desestabilice al gobierno de Uganda, que a su vez financia grupos armados cristianos en el sur de aquel país.

En 2005 hubo un intento fallido de mediación luego de que el fiscal del Tribunal Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, promoviera la captura de Joseph Kony. Sin embargo, tanto el ERS como el gobierno de Uganda intentan evitar que se investigue a fondo esta guerra, ya que hay denuncias de testigos de que ambas partes cometieron ataques contra poblaciones civiles.

INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

El sur de Sudán, donde también suele operar el ERS, es una zona rica en petróleo, cuya independencia podría materializarse el año próximo luego de un referéndum. Pero para alcanzar ese estatus, Sudán tuvo que enfrentar una guerra civil entre el norte islámico y el sur cristiano entre 1983 y 2005.

Por su parte, China apoya al norte de Sudán, porque sus empresas estatales se benefician con los millonarios contratos petroleros, mientras que Estados Unidos respalda al gobierno del Sur, que está constituido por uno de los grupos armados que lucharon en la guerra.

A pesar de que, en septiembre pasado, los líderes de distintas religiones de los cuatro países africanos involucrados se reunieron con el fin de presionar a las autoridades para que intensifiquen su lucha contra el ERS, las operaciones militares siempre terminan en fracaso, ya que muchos familiares de los secuestrados se oponen a que el ejército de Uganda ataque a la guerrilla, por temor a que las víctimas mueran en combate.

Las bajas que sufre la secta son irrelevantes para el gran líder, ya que su experimentada maquinaria de secuestros y reclutamiento facilita el reemplazo de los miembros abatidos. Por eso, es probable que con la muerte de Joseph Kony, el grupo pudiera desmembrarse, ya que el factor que lo mantiene unido es su figura divina.

Aunque el gobierno de Sudán lo niegue, es el principal abastecedor de los teléfonos satelitales, las municiones, los alimentos y los medicamentos que utiliza la secta armada, ya que su presencia desequilibra no sólo al gobierno pronorteamericano de Uganda, sino también a sus enemigos sudaneses del Sur y además a la República Centroafricana, que es un país aliado de Francia y competidor directo de China por los recursos naturales de la región.

Debido a eso, el Parlamento de Sudán del Sur decidió a mediados de este año destinar unos 2 millones de dólares para abastecer con armas blancas y de fuego, sistemas de comunicaciones y entrenamiento, a los grupos de autodefensa, para enfrentar al ERS en su propio territorio.

Es posible que en los próximos meses se intensifiquen los ataques de la guerrilla fundamentalista en el sur de Sudán, dado que ante la proximidad del plebiscito de enero de 2011, el gobierno central de Sudán va a intentar evitar la separación de su porción meridional, que es donde se encuentran los yacimientos más valiosos de hidrocarburos.

En cuanto a la República Centroafricana, la ONU denuncia las masacres del ERS, al mismo tiempo que tiene previsto finalizar su misión militar denominada MINURCAT a fin de año. La crisis económica que afecta a Europa forzó al gobierno de Francia, que es el mayor aportante de tropas de la MINURCAT, a abandonar la República Centroafricana.

Mientras tanto, las poblaciones del corazón de África siguen expuestas a la barbarie de una secta que pretende liderar una misión religiosa, cuando en realidad forma parte de una trama geopolítica mucho más compleja, en la que están implicados gobiernos africanos que promueven el terrorismo para beneficiar su posición en la región y, sobre todo, a las compañías internacionales que extraen los recursos del continente.

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