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Juicio a las torres de Alá

Gustavo Bueno, como los suizos, rechaza los minaretes «porque desde ellos pueden llamar a la Guerra Santa» El abad de Covadonga, Juan José Tuñón, comprende que la comunidad musulmana necesite una mezquita
 
Los suizos rechazan en referendum la construcción de más minaretes musulmanes en el país de los quesos, las vacas, los relojes y las cuentas bancarias ultrasecretas. Al mismo tiempo, el Tribunal Constitucional de Alemania prohíbe a las tiendas de Berlín abrir los domingos porque ese día es jornada de «recogimiento espiritual». Los jueces alemanes velan por el cumplimiento del descanso que Yahvé instituyó en el Génesis para la contradictoria criatura que sacó del barro. La Europa democrática y laica, cuya historia está cincelada no obstante a sangre y fuego por las guerras de religión, sigue tropezando en este siglo XXI con las distintas confesiones instaladas en una sociedad cada día más multicultural. ¿Por qué ? «Hay un problema de base. No hay un criterio para decidir qué hacer ante las presiones de los inmigrantes porque la libertad religiosa es algo muy borroso, así que cada uno va saliento del paso como puede», argumenta el filósofo Gustavo Bueno, catedrático emérito de la Universidad de Oviedo.

Efectivamente. La contradicción se sucede. El referéndum celebrado el domingo en Suiza a iniciativa del grupo ultraderechista Partido Popular terminó en sorpresa: una mayoría, el 57,7%, rechazó la construcción de más minaretes, la torre que corona la mezquita y desde la que el muecín llama a la oración a los fieles del Islam. Al mismo tiempo, en el país vecino, el Tribunal Constitucional alemán acaba de declarar parcialmente anticonstitucional la legislación sobre la apertura de comercios en domingo que rige en Berlín. Los magistrados dan la razón a las dos principales confesiones alemanas, la Iglesia Católica y la Iglesia Evangélica, que habían denunciado la práctica de abrir en domingo. La sentencia considera que la apertura comercial en los cuatro domingos de Adviento, previos a la Navidad, atenta contra la protección del domingo como jornada de descanso que figura en la Constitución alemana. Los jueces de Karlsruhe han optado por aplazar la aplicación del fallo y permitir que los comercios berlineses abran sus puertas los domingos que quedan hasta finalizar el presente año. La Constitución alemana incluye en su texto el llamado artículo eclesiástico 139, redactado durante la República de Weimar, en el que se establece que los domingos son fundamentalmente jornadas de descanso y de «recogimiento espiritual». Los jueces instan a las autoridades a que reformen su ley de apertura comercial para adaptarla a la normativa constitucional.

Gustavo Bueno, como los suizos, también rechazaría la construcción de una mezquita con minarete en una región de tradición católica como Asturias, donde la comunidad musulmana aún no tiene una y se reúne en cinco locales acondicionados por ellos mismos. «Una mezquita, además ser un elemento discordante en lo que se refiere a la estética de la ciudad, tiene un componente agresivo y activo. No nos olvidemos que desde una mezquita un señor puede ponerse a gritar que ha empezado la Guerra Santa», manifiesta el filósofo.

Otra cosa, pese a que el Reino de España se define como un estado laico y aconfesional, son los símbolos del Cristianismo. Bueno defiende que la tradición católica española no puede dejarse de lado. «El crucifijo tiene otras connotaciones que no son sólo religiosas», explica.

Pero no todos los filósofos asturianos tienen la misma opinión al respecto de la presencia pública del gran símbolo del Cristianismo. «Estamos en un estado aconfesional y en los lugares públicos no debería haber ningún signo religioso. El estado civil es laico y hay que saber diferenciar», matiza Vicente Domínguez, decano de la facultad de Filosofía de Oviedo.

El Vaticano ha lamentado el resultado del referéndum suizo contrario a los minaretes de las mezquitas. El presidente de Consejo Pontificio de Pastoral para los Migrantes, Antonio María Veglió, aseguró que no se puede impedir la libertad religiosa. El abad de Covadonga, Juan José Tuñón, se expresaba ayer en un sentido similar. «Personalmente, yo creo que tanto las manifestaciones religiosas como los signos son libres». Tuñón comprende que la comunidad musulmana residente en Asturias quiera un lugar de culto, una mezquita. «Es comprensible», dice el abad, quien también justifica la presencia de crucifijos en las aulas. «En Europa hay unas raíces cristianas muy importantes que forman parte de nuestra tradición y yo no creo que un crucifijo haga daño a nadie», argumenta.

Tal y como cree Tuñón hay musulmanes que residen en Asturias que no se sienten coaccionados ni ofendidos porque sus hijos acudan a aulas donde hay crucifijos colgados de las paredes o que se engalanan con espumillón por kilos cuando toca celebrar la fiesta del nacimiento de Cristo, más conocida como Navidad. Mohamed Fmaili, nacido en 1955, es un marroquí residente en Asturias: «Pienso que lo importante es el respeto. Mis hijos conviven en el colegio con niños cristianos y participan en las actividades de la Navidad y no pasa nada». Eso sí, Fmaili reconoce que le gustaría poder disponer de una mezquita para poder rezar en Asturias ya que hoy disponen de cinco locales en la región, pero «los hemos acondicionado nosotros y se nos quedan pequeños». Fmaili explica que en Marruecos, donde la religión oficial es la musulmana, «también hay iglesias católicas y no ocurre nada. Todos deberíamos tener nuestro lugar de culto».

Más o menos la misma postura la mantiene el senegalés Adadama Diondi, un musulmán que vive en Oviedo desde hace años dedicado a impartir clases de inglés y francés. «No entiendo cuál es el problema, no me parece bien que no se permita construir mezquitas. Si hay libertad de culto debe de ser para todos, ¿No estamos en un país laico?», se pregunta.

Desde la asociación asturiana S.O.S Racismo, su presidenta, Carmen Prado, alerta de las peligrosas consecuencias que, a su juicio, puede tener el referendum suizo. «Los deberes públicos deberían pensar e ir más allá de la fachada. El islamismo no tiene por qué ser malo. No se puede promover un referéndum partiendo de una cuestión xenófoba. Estamos de acuerdo con la libertad de culto siempre que sea fuera de la vida civil, pero ¿qué pretenden realmente, tirar iglesias y campanarios o tirar el Islam porque siempre se le ha perseguido?», se pregunta Prado. Y luego dicen que Dios ha muerto.

«El crucifijo en España y en Asturias tiene otras connotaciones, no sólo religiosas»
Filósofo
Gustavo Bueno

«Tanto las manifestaciones como los signos religiosos son libres»
Juan José Tuñón
Abad de Covadonga

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