Comunicado del rabino Yisroel David Weiss en el acto de homenaje a Shaij Yassin, celebrado en Nueva York y organizado por la Federación Americana Arabo-Musulmana.
Los judíos de todo el mundo que siguen rectamente su religión, están sumidos en la confusión e indignación por la enorme tragedia que ha tenido lugar. Lloramos, junto a nuestros primos palestinos el asesinato de Shaij Ahmad Yassin.
Cuando reunimos nuestras fuerzas para combatir al Estado de Israel y al Sionismo, las palabras de los rabinos de generaciones precedentes nos acompañan. Como ellos nos advirtieron, el Sionismo y todos los males que le son inherentes será fuente de un sin fin de derramamientos de sangre, de simplificaciones peligrosas y de la trágica equiparación del Judaísmo con el Sionismo. Esta confusión es una de las causas principales de este continuo derramamiento de sangre. Por eso recordamos uno de las excepcionales cualidades de Shaij Ahmad Yassin: que constantemente dibujaba una línea clara entre el Judaísmo y el Sionismo; entre los practicantes del Judaísmo y los criminales sionistas. A los seguidores del Judaísmo nunca nos consideró un obstáculo para la paz verdadera.
Y yo declaro que:
El Judaísmo y el Sionismo son diametralmente opuestos y totalmente incompatibles.
El Judaísmo sigue la senda marcada por Dios, es una religión de compasión, sin aspiración alguna a una tierra o a una entidad nacional. El Sionismo es la transformación de esto en una entidad política nacionalista sin Dios, con un objetivo puramente terrenal.
El Sionismo y el Estado de “Israel” no tienen ningún derecho a erigirse como representantes del Judaísmo ni del pueblo judío, ni a hablar en su nombre. El nombre “Israel” referido al Sionismo y su estado es una falsedad, habiendo sido usurpado al pueblo judío.
Subyugar y oprimir a un pueblo, en este caso el Palestino, para robarle sus tierras, sus hogares, sus olivos, etc., va en contra de Dios y de las leyes de Su Torah. Estos crímenes no traen más que consecuencias espantosas.
La Judería auténtica no siente más que aflicción por la existencia del Sionismo y del estado de “Israel” y sus acciones mantienen a la Judería en un permanente sentimiento de dolor y humillación.
Dios y las leyes de Su Torah, exigen a los judíos que sean ciudadanos leales en cualquier país donde residan. En Estados Unidos, en Irán, en Alemania, en Túnez, en Yemen, en Marruecos, etc., deben ser leales a sus respectivos gobiernos. De tal forma, los judíos quieren y deben vivir como ciudadanos leales bajo total soberanía palestina.
El pueblo judío ha estado coexistiendo y viviendo en armonía, paz y tranquilidad durante siglos junto a sus hermanos arabo-musulmanes en Palestina, y en todos los países musulmanes. El Sionismo, creado hace aproximadamente 100 años por judíos no religiosos que, de hecho detestaban la religión judía, fue la causa de la separación, desconfianza y animosidad, creadas entre musulmanes y judíos. El Sionismo es el único causante de todo el derramamiento de sangre y del dolor que han padecido durante un siglo los musulmanes y los judíos de Oriente Medio, Dios tenga piedad. Dios nos ayude a que nuestro sueño de una Tierra Santa bajo soberanía palestina en la que judíos y árabes convivamos codo con codo, se haga pronto realidad y de una forma pacífica, sin dolor y sin muertes.
Oramos para que estas tragedias no se repitan jamás, y ofrecemos nuestras más profundas condolencias a la familia de Shaij Yassin y a todos nuestros hermanos palestinos. Pedimos a Dios por el pronto y pacífico desmantelamiento del Estado de “Israel” y su paso a la soberanía palestina y, por último, oramos por la manifestación en todo el Universo de la gloria de Dios, en cuyo momento toda la humanidad reconocerá al Único y le servirá.
