El alcalde descubre el monumento al papa en la víspera del 15 de agosto La estatua ha quedado instalada junto al convento de la Encarnación
El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha participado este martes en la inauguración del monumento dedicado al Papa Juan Pablo II en la Plaza Virgen de los Reyes, donde ha subrayado el "cariño que los sevillanos le han tenido siempre" a éste y el refrendo que supone esta estatua al reconocimiento de su labor.
En el acto, junto con el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y el presidente de la Comisión Pro-Monumento don José María González-Alorda, Zoido ha puesto de manifiesto que con este monumento la ciudad de Sevilla pretende dejar constancia "del cariño que los sevillanos siempre le han tenido y le siguen teniendo al Papa Juan Pablo II", además recordar las dos visitas que hizo a Sevilla, en 1982 y en 1993.
Zoido ha felicitado además a los promotores de esta iniciativa por el "largo trabajo que han realizado hasta llegar a este momento" y ha dado su enhorabuena al escultor Juan Manuel Miñarro por la "magnífica obra realizada", un escultura de "una calidad acorde con lo que representa y con la importancia que tiene el personaje para todos los sevillanos". "Gracias a todos los que habéis hecho posible este monumento con el que Sevilla va a honrar la memoria de un hombre bueno y santo que tantas cosas hizo por el bien de la humanidad. A partir de hoy, Sevilla y Juan Pablo II estarán unidos para siempre en el recuerdo y en este monumento", concluye.
El acto de inauguración comenzó este martes pocos antes de las 22 horas, justo tras la celebración de la novena a la Virgen, iniciándose con la intervención del alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), y del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, quien ha bendecido el monumento. A continuación, ha intervenido la Banda Municipal, que ha llevado a cabo un concierto en esa misma plaza.
La escultura, realizada en bronce por el escultor, imaginero y catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla Juan Manuel Miñarro, se ha situado frente a la fachada de la iglesia del convento de la Encarnación, a unos 40 metros de la Puerta de los Palos de la Catedral. Se situará por delante del ciprés, a la izquierda de la puerta de la iglesia, entre cuatro naranjos, en un área de unos 20 metros cuadrados, y podrá ser visualizado y transitado por todos sus lados con una distancia suficiente.
Se trata de una escultura de busto redondo en bronce fundido y con pátina química, de una altura de 2,45 metros, que representa al Papa Juan Pablo II vestido con palio y casulla. Se coloca sobre basamento de piedra caliza y mármol amarillo de Máchale, acabado en arenado, con un tronco-piramidal de 1,80 metros de alto por 1,10 metros de ancho como dimensiones máximas.
El sitio es del agrado de los promotores en tanto que cumple con las premisas que siempre han destacado, es decir, cercanía a la Catedral y amplia zona de espacio donde la efigie pueda ser colocada en altura. Anteriormente se barajaron otros lugares, como la Plaza de la Contratación, la Puerta de Jerez y la calle Adolfo Rodríguez Jurado -colindante a la avenida de la Constitución-, para localizar la efigie, que ha estado expuesta durante un determinado periodo de tiempo en instalaciones de Cajasol y que reposa actualmente en la Catedral.
El arzobispo Juan José Asenjo, junto a la estatua de Juan Pablo II. | Jesús Morón
