Sea cual sea la razón, la cesión de locales académicos para actos de divulgación y enaltecimiento de la anticiencia va contra la esencia de la institución universitaria, aunque no es algo nuevo ni raro, como puede comprobarse en La Lista de la Vergüenza. De hecho, tampoco es la primera vez que la SEA se aprovecha de la ligereza con que los responsables universitarios españoles gestionan sus locales: las de este año son las IV Jornadas de Divulgación Astrológica que ha montado y celebró las primeras en 2007 en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid.
Me imagino que los astrofísicos de la Universidad de Alicante, que realizan "una intensa labor de investigación en diversos campos de la astronomía y de la astrofísica, así como una importante actividad encaminada a la divulgación de la astronomía en la sociedad", y los miembros de la Agrupación Astronómica Universitaria de Alicante se subirán por las paredes, como es lógico, y exigirán responsabilidades a los gestores del centro. Si nadie lo impide, la SEA podrá decir a partir de ahora que colabora con la Universidad de Alicante en la divulgación de la astrología. De vergüenza.
Archivos de imagen relacionados