COMENTARIO: Resulta contradictoria la postura de las gandes confesiones religiosas, cuando en los países donde son minoría defiende el derecho a la libertad de religión, y cuando son mayoría imponen sus privilegios (catolica) o sus dogmas y practicas (islam con el ramadán en Irán).
Una vez se comprueba que el laicismo es la mejor fórmula para el respeto de la libertad de conciencia, y para una adecuada convivencia.
El presidente del Poder Judicial de la República Islámica de Irán, el ayatolá Sadeq Amoli Lariyani, instó el sábado mediante una carta remitida al jefe de la Justicia de Myanmar (Birmania), Aung Toe, a tomar medidas urgentes para que cese la violencia contra la minoría musulmana Rohingya.
De igual manera, la autoridad iraní ha pedido a su par myamense trabajar arduamente para enjuiciar a los autores de los crímenes contra el grupo étnico Rohingya, residentes en el estado occidental de Rakhine (Arakán).
El ayatolá Lariyani manifestó que tanto la comunidad musulmana de Myanmar como las demás comunidades religiosas del país surasiático deben gozar de todos los derechos humanos, un principio aceptado en los convenios internacionales de los derechos humanos a los que se ha comprometido el gobierno de Naipyidó.
Según los informes, a partir del pasado junio, 650 musulmanes de Rohingya han sido asesinados durante los ataques mortíferos de los extremistas budistas. Además, otros 1200 creyentes de la religión islámica están desaparecidos, mientras que más de otros 90.000 han tenido que desplazarse debido a la inseguridad.
El Gobierno de Myanmar no reconoce a los musulmanes como una minoría. Sin embargo, el mismo confirma que el 4% de la población de Myanmar es musulmana. No obstante, otros censos demuestran que la población no budista ha sido subestimada en el conteo gubernamental sobre las religiones.
