Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
La tradición laica en Granada tiene raíces profundas que se remontan a la Segunda República Española (1931-1939). Durante este período, se promovió la separación Iglesia – Estado. Se implementaron políticas laicas significativas. Sin embargo, esta tradición se vio interrumpida de forma patibularia por la dictadura franquista (1939-1975), que reinstauró el nacionalcatolicismo, generando un gran retroceso en todos los ámbitos, imponiendo por la fuerza una visión católica extrema y tradicionalista de la sociedad, rechazando, la modernidad y la diversidad cultural en la educación, la política y la vida cotidiana. Aplicando una moral estricta, sin libertades, reprimiendo cualquier actividad laica, de lo que resultó en una sociedad cerrada e intolerante.
El apoyo económico y/o institucional a actividades de promoción del laicismo no es visible como el apoyo a las actividades religiosas católicas. Así, las actividades laicas no tienen respaldo institucional del Ayuntamiento de Granada, tampoco de la Diputación. Es más, centros educativos públicos como la Universidad de Granada (UGR) mantienen una contradicción abierta al mantener una capilla católica ubicada en el Campus de la Cartuja ofreciendo servicios religiosos, misas y actividades pastorales, por el contrario, el resto de confesiones no cuentan con lugar de culto, cuando la UGR tiene una rica historia vinculada a la cultura islámica, como se refleja en el Palacio de la Madraza, que fue una antigua universidad árabe y ahora es un centro cultural de la Universidad. Los estudiantes musulmanes, por tanto, como los de otras creencias religiosas, suelen utilizar espacios comunes o buscar alternativas fuera del Campus para sus prácticas religiosas. En Andalucía, 29 hospitales públicos cuentan con capillas católicas financiadas por la Junta de Andalucía que destina más de un millón de euros anuales al mantenimiento del culto católico en esos hospitales, para el resto, el SAS indica que, si se le pide, puede habilitar salas para tal fin.
Es evidente que no hay voluntad política real para abordar la laicidad. El único acercamiento (muy tímido) que se ha producido, ha sido con la cuestión de las in-matriculaciones, que ya no las puede hacer la Iglesia católica a partir de la ley hipotecaria 13/2015, dejando incólumes todas las anteriores, o sea todas. El PSOE, como aparente partido republicano y laico no está por la labor y sus actos lo definen, allí donde gobiernan: Ayuntamientos, Diputaciones, Cabildos y Comunidades Autónomas, donde apenas existen iniciativas políticas e institucionales de carácter laicista, al menos en aquellas competencias que no son materia legislativa estatal.
En la actualidad, a pesar de que la Constitución española proclama la “no confesionalidad del estado”, la realidad, es que hay una total complicidad de las instituciones españolas (en los ámbitos local, territorial y estatal) hacia el mantenimiento del poder de la Iglesia Católica, que es enorme. Es la mayor corporación empresarial propietaria de terreno rústico y urbano y de patrimonio suntuario, después del Estado; sobre todo, porque se le ha permitido, desde 1946 hasta 2015, que pudieran registrar a su nombre miles de edificios, plazas, ermitas, iglesias sin tener títulos de propiedad.
Sin embargo, la tradición laica ha resurgido con fuerza gracias a organizaciones como Granada Laica, que es parte de Europa Laica y Andalucía Laica que promueven la laicidad y la libertad de conciencia, desarrollando acciones sociales y públicas como el Día Internacional del Laicismo y la Libertad de Conciencia, celebrado el pasado 9 de diciembre, incluyendo manifestaciones, debates y conferencias sobre la laicidad y la libertad de conciencia, contando todas estas actividades con gran respaldo social, lo que indica un fuerte compromiso de la comunidad laica en Granada por promover una sociedad más plural e inclusiva, donde la separación entre Iglesia y Estado sea una realidad.
Ese esfuerzo social laico no se ve correspondido por las instituciones públicas a todos los niveles, solo veamos un ejemplo. En Andalucía, las cofradías reciben apoyo económico institucional significativo. Veamos, la Junta de Andalucía ha destinado una subvención de 600.000 euros para financiar el II Congreso internacional de hermandades y cofradías en Sevilla. Este evento incluyó una procesión magna y otras actividades culturales y religiosas. En Granada, el Ayuntamiento ha incrementado la subvención a las cofradías de Semana Santa a 125.000 euros para 2025. Esta subvención se destina a la organización de desfiles procesionales, montaje de tribunas y sillas, promoción turística de la semana santa, y conservación del patrimonio cofrade. Además, la Diputación de Granada ha otorgado 100.000 euros en ayudas a cofradías y hermandades de la provincia. Los costes de limpieza, policía y servicios, por supuesto son a cargo del bolsillo ciudadano.
Y, siendo cierto que el laicismo (separación Iglesia Estado) está ganando visibilidad y apoyo, enfrenta desafíos significativos por la resistencia de partidos como el PSOE y el PP que desarrollan una actividad pública, económica y política que deja casi irreconocible la aconfesionalidad del Estado español.