Como cada año, en la procesión del Corpus de Granada participan diversas autoridades y cargos públicos, y también otros trabajadores del Estado (como los soldados), contraviniendo gravemente la aconfesionalidad de España, establecida en la Constitución. Evidentemente, todas estas personas pueden asistir a procesiones, misas… pero a título privado, nunca como representantes o servidores públicos. Con esta lamentable actitud, se falta al respeto al conjunto de la ciudadanía, de creencias y convicciones muy diversas, por lo que exigimos que se termine de inmediato esta confusión entre la Iglesia y el Estado, que mantiene viva la nefanda llama del nacional-catolicismo.
Dispuestos a defender, en cambio, las tradiciones que realmente lo merecen, proponemos la siguiente quintilla de caroca:
Alcalde, concejales,
militares, policía:
En vez de ejercer de tales,
frecuentan los altares
y montan su Cofradía
Juan Antonio Aguilera. Responsable de Prensa de Granada Laica.