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Francia vuelve a preguntarse sobre qué es la laicidad

Tariq Ramadan, en Ginebra, en enero pasado. LAURENT GILLIERON EFE

Las acusaciones de violación contra un teólogo musulmán reabren el debate

La obsesión es persistente y el debate, cíclico. Los franceses discuten de nuevo sobre la laicidad y el laicismo, términos que no son sinónimos. En estas palabras se mezcla todo: desde la ley de 1905 que separa la religión y el Estado, hasta el temor a ver Francia convertida en un país multicultural al estilo de Canadá, y pasando por la actitud de las autoridades y los intelectuales ante el islam radical, o una vieja tradición librepensadora y anticlerical que sigue ejerciendo su vigilancia sobre la Iglesia católica.

Todo comenzó, esta vez, con una pelea entre dos medios de comunicación de tradición izquierdista: el semanario Charlie Hebdo y el diario Mediapart, dirigido por el veterano Edwy Plenel. El detonante fueron las acusaciones de violación contra el teólogo musulmán Tariq Ramadan.

Plenel había defendido en el pasado el diálogo con el islamismo que representa Ramadan. Charlie Hebdo, víctima en 2015 de un atentado yihadista que descabezó a su redacción, es anticlerical y librepensador por definición y, si abraza una fe, esta es la del laicismo. Charlie Hebdo caricaturizó a Plenel como cómplice de los abusos sexuales atribuidos a Ramadan y Plenel comparó la portada con los carteles nazis durante la Ocupación para denunciar a los grupos resistentes.

La polémica era muy francesa: un debate intelectual agresivo y virulento; una discusión de fondo entre dos ideas de la República; una división en la izquierda respecto a la posición del islam en Francia. Pero no se trata solo del islam, como se comprueba en otra polémica reciente que se solapa con la anterior: la retirada de una cruz sobre una estatua de Juan Pablo II en Ploërmel.

El Consejo de Estado aplicó la ley de 1905, que prohíbe construir signos religiosos sobre monumentos públicos que no sean edificios de culto o cementerios. En los casos que afectan los símbolos públicos del islam o del cristianismo, a veces entran en conflicto la laicidad —la defensa de una separación de la religión y el Estado— y el laicismo: la militancia por excluir la religión del espacio público. No son exactamente lo mismo.

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