Las mujeres que llevan el burka en Francia han dejado de convertirse en una exótica anécdota. Es la razón por la que una vasta delegación parlamentaria se ha movilizado para llevar el debate a la Asamblea Nacional y reglamentar la prohibición de los hábitos.
La iniciativa puede atribuirse al diputado comunista Eric Gerin, aunque ha ido adquiriendo consenso transversal. De hecho, el portavoz del Gobierno, Luc Chatel se decía esta mañana partidario de una ley restrictiva contra el burka en cuanto la prenda no encubre el cuerpo sino implica la sumisión de la mujer y supone una práctica extremista.
La defensa del laicismo había dado lugar a la prohibición del velo islámico en los colegios 2005, pero no había normativa alguna respecto al burqa porque se trataba de un fenómeno irrelevante en la cotidianidad.
Ha dejado de serlo en los últimos meses. Particularmente en barriadas de mayoría musulmana. Tanto los parlamentarios como el Gobierno tratan de afrontar el debate sin enconarse con las asociaciones islámicas, aunque éstas últimas temen un repunte de la hostilidad.
