Francia reconoce y premia el heroísmo de los inmigrantes en la pandemia. Un ejemplo a seguir
El gobierno francés está acelerando la regularización de más de 700 inmigrantes por su heroísmo con la sociedad en la pandemia y la reconocido públicamente su gran aportación a la comunidad en estos tiempos tan difíciles. Obviamente, este hecho está muy lejos de ser una panacea en relación a los derechos de los inmigrantes, pero considero que al menos es un paso en la buena dirección porque pone de relieve una realidad ocultada por la mayoría de los medios de comunicación y porque ayuda a que la sociedad sea consciente de que está en deuda con estas personas
Tal como ha señalado la ministra delegada para la Ciudadanía del gobierno francés, Marlène Schiappa , estas personas han demostrado un gran compromiso con la República y ahora ésta tiene la obligación de reconocérselo
En un artículo anterior resaltaba cómo los inmigrantes han sido uno de los pilares en los que se ha sustentado nuestra sociedad ante la pandemia. Gracias en buena parte a ellos, se han mantenido muchas de las estructuras básicas de producción, distribución y venta, trabajando además en los puntos más peligrosos de todas las cadenas. Muchos inmigrantes se han jugado el tipo para cubrir las necesidades básicas de todos. Sin embargo, se ha hablado algo de los trabajadores de los mataderos o de la campaña de recogida de fruta, y poco más.
La importancia de la aportación de los inmigrantes a la sociedad ya fue recogida en la película Un día sin mexicanos, donde se plantea que no se reconoce que los inmigrantes son imprescindibles para que las sociedades desarrolladas funcionen. En la película, una misteriosa nube rosa hace desaparecer a todos los mexicanos de California. Entonces todo se paraliza: las centrales eléctricas y con ellas los semáforos, los ordenadores, la producción de alimentos, etcétera. Cuando finalmente la nube se va, los guardias fronterizos de la migra se movilizan para buscar mexicanos que cruzan la frontera, pero esta vez no para detenerlos, sino para darles la bienvenida a los Estados Unidos: ¡sin ellos nada funciona! Esta película se halla en la línea de Walkout, que recoge las protestas de los mexicanos en 1968, que les llevaron a conseguir una serie de derechos sociales.
Todas las sociedades se benefician de las aportaciones de los inmigrantes. Incluso hay casos extremos de países que dependen casi exclusivamente de los trabajadores inmigrantes, como Andorra, con un 78%, y sobre todo Qatar, donde apenas hay unos miles de autóctonos.
Ante el aluvión de noticias tergiversadas y de cariz negativo sobre los inmigrantes este reconocimiento del gobierno francés, por limitado que resulte, es un paso en la buena dirección, para que al menos la opinión pública pueda contrarrestar las frecuentes campañas racistas hacia los inmigrantes