Europa Laica, no puede sino manifestar su solidaridad y llamar a la ciudadanía a ejercer su irrenunciable derecho a la indignación y reivindicación activa contra toda la corrupción ética y económica que invade la esfera pública y que, junto a las políticas de recortes y reformas de los gobiernos de turno, está sumiendo en la pobreza más absoluta, sin ningún tipo de contemplaciones, a la mayoría ciudadana, eliminando cualquier elemento de participación democrática, de igualdad y de libertades.
Los lemas de Pan, Trabajo, Techo y Dignidad que arropan estas Marchas reflejan las reivindicaciones ciudadanas mínimas imprescindibles para ser y construir una sociedad donde disponer de medios materiales, educación, cultura, participación, etc. como elementos que se han de garantizar que las personas dispongan de una real libertad de conciencia y de pensamiento que, junto a la separación entre Iglesia y Estado, propugnamos como Asociación.
En contra de ello, otras instituciones como las entidades bancarias y el gran capital económico no sufren esta situación de deterioro sino que sacan provecho de ella, al igual que ocurre con la Iglesia católica, alimentada en sus cuentas por el propio Estado “aconfesional”, además de mantener múltiples privilegios tributarios, simbólicos, jurídicos, en la enseñanza, en la gestión de una parte de la sanidad y de los servicios sociales públicos, en las inmatriculaciones, como la de la Mezquita de Córdoba, etc.
Europa Laica manifiesta su indignación y protesta por todas estas políticas que no hacen sino atentar contra los ciudadanos y ciudadanas, quebrando el “Estado social y democrático de Derecho”. Por eso, apoya la rebeldía democrática y llama a la participación solidaria con las Marchas de la Dignidad y con las manifestaciones convocadas para el próximo sábado 29-N.
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